Las protestas en Birmania dejaron dos muertes el sábado en la ciudad de Mandalay, en el episodio más violento desde el golpe de Estado del 1 de febrero.
Centares de policías fueron desplegados en la ciudad, la segunda del país, mientras los manifestantes habían iniciado un cacerolazo. Algunos de ellos lanzaron objetos a la policía, que abrió fuego dejando unas tres decenas de heridos.
Uno de los fallecidos es menor de edad y recibió una bala en la cabeza, según un equipo de socorristas voluntarios, que indicó que “la mitad de los heridos recibió disparos con munición real”.
Otro trabjajador de servicios de emergencia también confirmó las dos muertes.
La escalada se produce un día después de la muerte de la joven de 20 años Mya Thwate Thwate Khaing, herida pro bala el 9 de febrero.
La junta militar, que ostenta el poder tras el golpe, sigue incrementando la presión contra el movimiento prodemocracia.
Los arrestos continúan, con cerca de 550 detenidos en menos de tres semanas, entre ellos responsables políticos, funcionarios huelguistas, monjes y activistas, según una ONG de asistencia a los presos políticos. Solo unos 40 han sido liberados.
Fuente: AFP.