Agencias.- El cambio climático está dejando una huella cada vez más visible en el planeta, y el Ártico se ha convertido en el epicentro de una crisis silenciosa: tres de sus especies de focas están más cerca de la extinción debido al rápido deshielo y la pérdida del hielo marino, su hábitat esencial para sobrevivir.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el calentamiento global en el Ártico avanza cuatro veces más rápido que en el resto del mundo, reduciendo el hielo que las focas utilizan para reproducirse, alimentarse y descansar. Este fenómeno ha empujado a la foca capuchina (Cystophora cristata) a pasar de “vulnerable” a “en peligro”, mientras que la foca barbuda (Erignathus barbatus) y la foca pía o de Groenlandia (Pagophilus groenlandicus) se encuentran ahora “casi amenazadas”.
El informe, publicado al inicio del Congreso Mundial de la Naturaleza en Abu Dabi, refleja también un panorama alarmante para las aves: el 61% de las especies está en declive, una cifra que en 2016 era de apenas 44%. La organización advierte que la tala de árboles y la expansión agrícola siguen siendo las principales causas de pérdida de hábitat, especialmente en Madagascar, África occidental y Centroamérica.
Aun así, entre los datos preocupantes surge una buena noticia: la tortuga verde (Chelonia mydas) ha logrado una notable recuperación gracias a décadas de esfuerzos de conservación. Su población ha crecido un 28% desde la década de 1970, y ha pasado de estar “en peligro” a ser considerada de “preocupación menor” en la Lista Roja.
La recuperación de esta especie marina ha sido particularmente exitosa en la isla Ascensión, Brasil, México, Islandia y Hawái, aunque la UICN aclara que sus poblaciones siguen muy por debajo de los niveles históricos previos a la colonización europea.
En contraste, el nuevo listado global registra diez especies extintas, entre ellas la musaraña de la isla de Navidad, el caracol marino Conus lugubris y el zarapito fino, un ave migratoria cuya desaparición refleja los efectos irreversibles de la actividad humana sobre los ecosistemas.
El informe de la UICN vuelve a dejar claro que, mientras algunas especies logran renacer gracias a la intervención humana, otras desaparecen sin retorno en medio del calentamiento global, recordando que el futuro del planeta está íntimamente ligado al equilibrio de su biodiversidad.
(Con información de EFE)