La República Dominicana participa del grupo de naciones del continente que apoya el restablecimiento de la democracia en Venezuela y el respeto a los resultados de las elecciones presidenciales celebradas en esa nación a mediados del año pasado.
El político opositor Edmundo González estuvo la semana pasada en el Palacio Nacional donde recibió el respaldo del presidente Luis Abinader y varios expresidentes latinoamericanos.
A pesar de las críticas de decenas de gobierno y del reconomiento del triunfo de González, el presidente Nicolás Maduro se juramentó para un tercer mandato, con el apoyo de unas fuerzas armadas totalmente fieles al chavismo.
El gobierno “bolivariano” ha hundido a Venezuela en la misería, provocando la migración de ocho millones de venezolanos a otras naciones, muchos de los cuales han huido de la represión política.
Maduro y sus seguidores han creado un sistema autoritario, que se da el lujo de “escoger” a sus oponentes políticos, porque a los demás los encarcela, exilia o inhabilita.
Cada día más naciones se han unido al coro que condena el régimen chavista, reclamando la vuelta a la democracia, el restablecimiento de las libertades y el respeto a la voluntad popular de lso venezolanos.
República Dominicana tiene una deuda histórica con la democracia venezolana. Su existencia coadyuvó a la denuncias de los desmanes del Trujillismo y el rechazo a la tentativa de golpe de Estado a la voluntad popular en el 1978.
Ningún demócrata puede ignorar lo que sucede en la patria de Bolivar y Rómulo Betancourt. Y mucho menos consentir que la dictadura de Maduro se siga prolongando.