Washington. – Este miércoles 20 de enero para la ceremonia de toma de posesión del nuevo mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, las autoridades incrementaron la logística de seguridad.
Las violentas manifestaciones que se registraron en el Capitolio cuando el Congreso se reunía para proclamar la victoria del candidato demócrata, obligaron a las autoridades a organizar una investidura poco usual, reforzando aún más las medidas de seguridad habituales.
Asimismo, las restricciones por la pandemia han obligado a los organizadores a limitar el aforo del evento e implementar acciones dirigidas a reducir el riesgo de contagio entre los asistentes.
El presidente saliente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, abandonó la Casa Blanca y abordó el helicóptero presidencial, el Marine One, para trasladarse a su nueva residencia en Florida, sin asistir a la ceremonia del cambio de mando en la cual su sucesor, Joe Biden, tomará el poder.
Trump, de 74 años, caminó por la alfombra roja y abordó un helicóptero acompañado por la primera dama. Al salir se remitió a decir que su mandato fueron “cuatro años fantásticos” y que para él representan el gran honor de su vida.
Generalmente, el acto de investidura es un evento público que concentra a más de 200,000 personas en la Explanada Nacional frente al Capitolio en Washington. Sin embargo, durante esta jornada se prevé un máximo de 1,000, quienes necesitan una entrada especial para poder acceder.
Por su parte, la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, ha instado a la ciudadanía a participar únicamente de forma virtual debido a las amenazas de protestas de “facciones muy extremas en nuestro país que están armadas y son peligrosas”.
Doce miembros de la Guardia Nacional del Ejército de EE.UU. fueron apartados en los últimos días del operativo que garantizará la seguridad durante la toma de posesión después de que una investigación descubriera que mantenían vínculos con grupos de extrema derecha o que publicaron opiniones extremistas en la Red. sg.