Redacción Internacional.– El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha revocado el parole humanitario, una medida que permitía la permanencia temporal de migrantes desde Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití, afectando a más de 500 mil personas que habían logrado ingresar legalmente al país. Esto pone en riesgo su estatus legal, ya que perderán su derecho a trabajar y enfrentarán la posibilidad de detención y deportación a partir del 24 de abril de 2025.
El parole es una figura legal que permite la entrada temporal de personas que no cumplen con los requisitos de visa, pero que se encuentran en situaciones excepcionales, como necesidades de tratamiento médico, el cuidado de un familiar enfermo o su participación como testigos en un proceso judicial. Ha sido utilizado durante más de 70 años por EE.UU. para ayudar a personas en situaciones de emergencia, especialmente desde la década de 1950 bajo la administración de Dwight Eisenhower.
Bajo la presidencia de Joe Biden, el parole fue concedido en 2024 a migrantes de los cuatro países mencionados, con un permiso temporal de dos años. Sin embargo, Trump revoca esta medida argumentando que fomenta la inmigración irregular, creando lo que él denomina un «círculo vicioso». La revocación convierte a miles de migrantes en indocumentados, eliminando su derecho a permanecer en EE.UU. y afectando su capacidad para regularizar su situación en el país.

Aunque el parole humanitario y el Estatuto de Protección Temporal (TPS) son herramientas distintas, ambas tienen el objetivo de proteger a personas que enfrentan circunstancias excepcionales. Mientras que el TPS se aplica a quienes ya están en EE.UU. y provienen de países en conflicto o desastre, el parole permite la entrada legal, pero con condiciones temporales. En este caso, la revocación del parole afecta a aquellos que habían ingresado legalmente bajo esta figura, dejándolos vulnerables a la deportación.
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La medida de Trump ha sido vista como un golpe a los migrantes que, en muchos casos, ya habían comenzado a reconstruir sus vidas en EE.UU. Quienes obtuvieron este permiso no solo debían cumplir con estrictas condiciones, como tener un patrocinador en el país, sino que también dependían de esta figura legal para vivir y trabajar de manera legal en el país.
Con la revocación del parole humanitario, más de 530 mil migrantes se encuentran ahora en una situación de incertidumbre, sin la posibilidad de regularizar su estatus y en riesgo de ser deportados. Esta medida resalta las políticas migratorias restrictivas de la administración Trump, que en algunos momentos ha clasificado a países como Cuba y Venezuela como amenazas, mientras argumenta que son países seguros para sus ciudadanos.

En un contexto más amplio, la revocación de esta figura legal plantea interrogantes sobre el futuro de las políticas migratorias en EE.UU., generando críticas entre defensores de los derechos humanos y sectores de la sociedad que ven la medida como un ataque a los migrantes vulnerables que buscan una oportunidad de vida en el país.