El periodista Abel Guzmán Then, sobreviviente del desplome Jet Set, narra lo sucedido esa noche, cómo logró salvar su vida, así como la manera en que intentaron salvar a la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, quien falleció posteriormente en una clínica a donde la llevaron.
En su artículo El baile que fue una cita a ciegas con la muerte, que publicó en esta fecha el periódico El Día, Then explica que fue invitado a la fiesta de Rubby Pérez por la fenecida gobernadora, las peripecias que tuvo que pasar para conseguir mesa y cómo llegó hasta la última en que se quedó, cerca de la salida de emergencia: «era la última mesa disponible«.
Then es director de prensa del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM), miembro del Comité Nacional de esa organización política y comentarista del programa radial El Gobierno de la Mañana.
Guzmán relató que «bailamos y compartimos con amigos para ir entrando en ambiente y “soltando el brazo” en lo que subía el artista». Dijo que conversó con el ex senador de San Cristóbal, Franklin Rodríguez, así como con el fallecido Guarionex Estrella. Conversó también con Héctor Acosta (El Torito), sobre su próximo baile allí. «Le había comentado a Nelsy minutos antes que esa discoteca ya había que remodelarla. Era su primera vez allí«.
El derrumbe
El dirigente político y comunicador contó que desde la mesa pudo ver el primer desprendimiento repentino “y supe que todo se derrumbaría”. En unos microsegundos se movió hacia la derecha, aunque no pudo evitar quedar atrapado. Tenía golpeado el hombro y la pierna izquierda “presionada por los bloques de cemento caídos”.
Dijo que vio a la gobernadora a su derecha “atrapada por la mitad de su cuerpo en los muros” y que ella le dijo “ay Abel”.
Indicó que un camarero lo ayudó a salir de donde estaba atrapado. Le pidió también que buscará ayuda para Nelsy “para sacarla de donde estaba aprisionada”.
Explicó que la joven que acompañaba a la funcionaria salió “de entre los muros con una fuerza asombrosa preguntándome si estaba bien, fue donde Nelsy y de inmediato buscó la ayuda de su chofer y otro hombre a quienes llamó por el celular”.
No explica dónde estaban estos hombres si estaban dentro y si no les había afectado el derrumbe, pero entre los tres (el chofer, otro hombre, la joven), “movieron los pedazos de pared”.
A pesar de las advertencias, dijo que “la sacaron por la salida frente a la estación de combustibles, en lo que rapidísimo buscaron su yipeta, la montaron en los asientos de atrás y se la llevaron”.
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Socorristas
Guzmán Then reveló que se quedó «exhausto» en la acera pensando que podía llegar a su vehículo. A su lado, “una mujer gritaba casi convulsa que tenía todo roto que alguien la llevara. Un hombre pasó grabando con el celular en lugar de ayudar”.
Explicó que un policía lo sostuvo hasta llevarlo a una ambulancia del 911 en la que el camillero insistió en que había que esperar a otro herido para rendir los viajes. La paramédico le sugirió ir a una clínica que tuviera tomografía y rayos X las 24 horas, debido a las fracturas que podía tener.
“Fue un viaje largo, corto y el más tortuoso a la vez por los movimientos y rapidez del vehículo ante la situación”, sostuvo.
Emergencia de la gloria
A la clínica que lo llevaron fue bien recibido en la emergencia por el veterano cirujano Dr. Máximo Domínguez. “Tuve una intensa lucha con el dolor en la sala de emergencia mientras esperaba que me llevaran los camilleros a hacerme los estudios cargándome en la sabana”, narra.
Como había dejado su celular entre los escombros trató de recordar números de amigos y familiares. Todos estaban apagados y cerca de las 3 am logró localizar a una tía.
“Lo que vino en lo adelante fue una inmensa muestra de solidaridad, amor y apoyo de cientos de amigos, conocidos, desconocidos que nunca pensé que estarían tan preocupados por mi existencia”. Dice que su corazón “rebosa de agradecimiento a Dios y a quienes me han mostrado ese cariño oculto que me tenían”.
“El mensaje para todos es que el cariño es para usarlo ahora en la vida en lugar de dejar que reine el odio y la lejanía entre nosotros, los momentos son para compartirlos por ocasiones especiales, servir a los demás, sembrar amor y solidaridad porque es lo que realmente queda de tu vida más allá de los bancos, bienes materiales o supuesta superioridad ante los demás”. En el 2009 logró salvar su vida luego de un atraco en la noche en la Autopista Duarte, luego que lo atracaron y lo tiraran por un despeñadero.
“Mientras tanto, entre las canciones de Rubby Pérez y las dantescas escenas que se repiten como relámpago en mi mente, seguiré luchando para superar el duelo por las víctimas y el absurdo hecho de esta injustificable tragedia”.
