
Matagalpa, Nicaragua (AFP).- Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, norte de Nicaragua y miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), denunció el jueves que Curia sigue bloqueada por la Policía Nacional.
Precisó que agentes de la uniformada le impidieron salir del lugar a celebrar una misa que tenía previsto presidir en la catedral de Matagalpa con motivo de la «cruzada de oración y protección de los sacerdotes», la cual realiza la iglesia.
La noche del jueves, el obispo decidió, junto a los seis sacerdotes y laicos que lo acompañan en la curia, celebrar «una cantada» de melodías religiosas «mientras las autoridades decidan dejarnos salir», dijo Álvarez en la red social.
El jueves, Álvarez quedó atrapado en la curia, donde había llegado a pesar del intento de la policía por bloquearle el paso, para unirse a la jornada de oraciones que realiza la iglesia.
En la eucaristía, el obispo demandó el cese de los «acosos» y «hostigamientos» a los sacerdotes y exigió al gobierno de Ortega respetar la «libertad» religiosa.
– «Orar no es delito» –
El clero de la Diócesis de Matagalpa, instó en un comunicado al gobierno a «respetar la libertad de expresión y religión en nuestra patria, que cese la persecución a la iglesia».
«Si orar es un delito, creo que seguiremos orando para que se fortalezca nuestro clero y nuestros sacerdotes», dijo a la AFP la feligresa matagalpina María Ruiz.
Los sacerdotes nicaragüenses han sido fuertemente criticados por el gobierno desde las protestas opositoras de 2018, por haber dado refugio a los manifestantes que resultaron heridos o huían de la represión a las manifestaciones.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la represión dejó 355 muertos y unos 190 opositores están presos acusados de «menoscabo a la integridad nacional» y otros delitos.
Según el mandatario, los templos fueron usados como «cuarteles» por los manifestantes.
Asimismo consideró las protestas como parte de un fallido golpe de estado promovido por la oposición con apoyo de Washington, en el cual -dijo- los obispos fueron cómplices.