Santo Domingo.- El Teatro Nacional Eduardo Brito se convirtió en escenario de un emotivo y multitudinario homenaje a Rubby Pérez, en una noche cargada de música, memoria y orgullo nacional, donde se recordó también a las 235 víctimas de la tragedia en Jet Set, ocurrida en abril.
Bajo el nombre de “Rubby Infinito”, el espectáculo reunió a más de veinte artistas dominicanos e internacionales que celebraron la vida y legado de “la voz más alta del merengue”, en un evento que combinó tecnología, sinfonía y sentimiento popular.
La velada inició con una imagen generada por inteligencia artificial de Rubby interpretando «’O Sole Mio» en versión merengue, acompañado por Rodhen Santos a la trompeta y una orquesta dirigida por el maestro Manuel Tejada, estableciendo el tono de la noche.
Carlos Alfredo Fatule, maestro de ceremonias, pidió un minuto de aplausos por las víctimas de Jet Set mientras ondeaban banderas en homenaje a sus nacionalidades, destacando que la tragedia “nos cambió la vida”.
La Orquesta Filarmónica dio soporte musical a las potentes interpretaciones de Milly Quezada, Alex Bueno, Eddy Herrera, Olga Tañón, Miriam Cruz, Los Rosario, Amaury Gutiérrez, Frank Ceara, Peña Suazo, Michel El Buenon, entre otros.
Momentos especialmente emotivos marcaron la noche. Ana Beatriz Pérez, hija menor de Rubby, cantó junto a Jandy Ventura los temas «Préstame a papá» y «Tu sangre en mi cuerpo», mientras que Zulinka Pérez, corista e hija del artista, interpretó «De color de rosa» junto a su esposo Miguel Báez, ambos presentes la noche del derrumbe.

Laura Taveras Pérez, sobrina del artista, levantó al público con «No te olvides», al igual que Joseph Fonseca con «Hipocresía» y Pavel Núñez con «Hazme olvidarla». La energía subió con interpretaciones como «El africano», «Fiesta para dos», «Pato robao» y «Perro ajeno».
El cierre fue colectivo, con todos los artistas vestidos de blanco y negro, interpretando «El hombre divertido», «Arriba las manos» y «Dominicano yo soy», mientras el público rendía un fuerte aplauso final a Rubby Pérez.
El espectáculo concluyó cerca de las 10:45 p.m., dejando una estampa inolvidable para el merengue dominicano y reafirmando el lugar eterno de Rubby Pérez en la historia musical del país.