Santo Domingo, RD.- Mantener el precio de los productos de primera necesidad no es una tarea fácil, en especial ante situaciones que se escapan de las manos del Gobierno como la pandemia de coronavirus y la guerra en Ucrania.
Entre otros sucesos, estos hechos obligaron a las autoridades a tomar medidas contundentes para garantizar la seguridad alimentaria a la población, logrando cerrar el 2022 con cifras alentadoras e inmensurables aportes para este sector.
Luego de iniciar un 2021 con debates y previsiones de lo que económicamente podría significar el covid-19 para los dominicanos, el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania inició un proceso de guerra que agregó más tensión a nivel internacional.
República Dominicana no fue la excepción y en menos de lo que muchos pensaban empezó a sentirse en el bolsillo de la ciudadanía el cambio que, de no contenerse, provocaría efectos catastróficos en los hogares de la nación.
Las familias con ingresos más limitados no fueron las únicas en expresar su preocupación, ya que vendedores ambulantes, productores y otros comerciantes externaron su descontento, voces que hoy se puede asegurar fueron escuchadas.
Estrategias llevadas a cabo por el presidente Luis Abinader y su gabinete como la aprobación de la Ley Tasa Cero, para no cobrar aranceles a productos de la canasta básica en la frontera, así como el apoyo al sector agrícola, permitieron contener las alzas.
Subsidio del pollo y la harina
Ante la incertidumbre que arropó a muchos, quienes aseguraban no tener una respuesta radical a la problemática, el Gobierno anunció el subsidio de RD$700 millones para la producción de pollo y RD$533 millones para la de harina, llevando consuelo a los hogares.
La medida fue puesta en marcha tras la firma de un acuerdo entre la Asociación Dominicana de Avicultura (ADA) y el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), con el objetivo de no afectar la estabilidad del pollo, parte primordial de la canasta familiar.
En aquella ocasión, el ministro de Industria y Comercio, Víctor -Ito- Bisonó, destacó que el gobierno del presidente Luis Abinader es y será el mejor aliado de los productores nacionales, “con hechos, con resultados, no con posturas circunstanciales”.
Esas palabras fueron lo suficientemente acertadas a juzgar por los aportes del jefe de Estado, quien ha dispuesto los recursos necesarios para mantener la estabilidad de precios de la comida desde el año pasado.
Las decisiones hasta ahora tomadas por las autoridades, con el primer mandatario a la cabeza, permitieron al Gobierno cumplir con las metas trazadas en este renglón, a pesar de la crisis internacional.
Varias veces el ministro de Agricultura, Limber Cruz, aseguró que en República Dominicana no había nada que temer, ya que los artículos principales no iban a tener alzas, gracias al apoyo económico y tecnológico para incrementar la producción nacional.
“Se van a mantener estables, tenemos abundancia de arroz. La mayoría de los productos que tienen verdadero impacto en el bolsillo de los dominicanos se mantienen estables”, manifestó el funcionario al ser abordado por miembros de la prensa en una actividad.
“Pacto por los Precios Justos”
Como un elemento nunca antes visto y cuando se pensó que se habían agotado todos los esfuerzos posibles, surgió una nueva iniciativa para apoyar tanto a comerciantes como consumidores: el denominado “Pacto por los Precios Justos».
Este consistió en la firma de un convenio para seguir mitigando efectos de la situación, mediante la eliminación de eslabones en la cadena de distribución, y de esa manera abaratar los costos de diferentes artículos de la canasta básica nacional.
El presidente de la República señaló durante el acto de firma que tuvo lugar en el Palacio Nacional que el acuerdo era de «carácter social» y para solidarizarse con las familias del país, previendo la sobrevaluación de algunos productos.
«En estos momentos en que hay una inflación internacional como todos conocemos, que yo pienso que estamos pasando a la meseta, hay mucha inestabilidad y le corresponde entonces a los comerciantes, especialmente a los detallistas, actuar con responsabilidad, pero sobre todo con mucho sentido social y humano”, precisó.
“Yo estoy seguro de que ninguno de ustedes se sentiría bien si sabe que, por las razones que fuese, estuviera poniéndole un sobreprecio que sabe que va a afectar el poder adquisitivo de familias dominicanas», agregó Abinader al pronunciar las palabras centrales.
Lo nunca antes visto
Hay que recordar otros sucesos que solo agregan puntos a la buena gestión, como la campaña “Compra a Precio del Inespre en el Supermercado”.
Desde su lanzamiento tuvo una duración de tres meses en los que la gente podía adquirir productos de la canasta básica a bajo costo todos los jueves, en cadenas como la Sirena, Plaza Lama, Jumbo, El Nacional, Iberia y La Fuente.
El plan fue directamente supervisado por la Dirección General de Proyectos Estratégicos y Especiales de la Presidencia (PROPEEP) y el Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE), para garantizar su éxito con la comprobación de su cumplimiento.
Por otro lado, recientemente el Gobierno otorgó a productores de Constanza la suma de RD$60 millones para dar soporte a la producción de ajo, como forma de continuar con su contribución al desarrollo de la nación.
El mismo se realizó a través del Ministerio de Agricultura, cuyo titular, Limber Cruz, recordó que se trata de un compromiso del presidente Luis Abinader el hecho de apoyar al sector productivo, considerando que es un pilar fundamental.
Salida de las sombras
Faltando poco tiempo para abrir los brazos a un nuevo año, el país no solo goza del reconocimiento internacional en materia económica, sino que también es de las primeras naciones de la región con la canasta básica más barata.
A mitad de este 2022, de acuerdo a un análisis hecho por el portal noticioso de la compañía estadounidense financiera, Bloomberg, el valor de los productos de primera necesidad en República Dominicana se situaban por debajo de Panamá, Ecuador y El Salvador.
Meses más tarde, el territorio nacional continuó escalando en su propósito y a finales de noviembre era el segundo país de la región con la canasta básica más económica, con un costo de 290 dólares con 5 centavos.
La información se dio a conocer gracias a un estudio de investigación de comparación de precios desarrollado por el Consejo de Protección al Consumidor de Centroamérica (CONCADECO), el cual reveló que solo El Salvador supera la nación.
Los evidentes resultados del manejo de la inflación en las diferentes formas que podía hacerse notar en el país prometen celebrar con regocijo la entrada de un 2023 que solo promete mejoras y crecimiento nacional.
Si bien en el mismo periodo anterior la preocupación e incertidumbre eran las sensaciones que dominaban a la población, el optimismo y las esperanzas en el manejo gubernamental son las que persisten hoy en día, con aires de progreso.
