Puerto Príncipe, 13 nov (EFE).- La violencia siguió protagonizando este miércoles la situación en Haití, con enfrentamientos entre la Policía y las bandas, en una nueva jornada sin actividad en el área metropolitana de Puerto Príncipe.
Escuelas, comercios, establecimientos privados y oficinas públicas volvieron a mantener sus puertas cerradas, mientras los vecinos de algunas zonas objeto de ataque de las pandillas siguieron huyendo de sus barrios hacia zona menos expuestas a los grupos armados, que ya controlan al menos el 80 % del área metropolitana de Puerto Príncipe.
En medio de los intensos tiroteos que se oyen en varios puntos de la ciudad, algunas casas han sido incendiadas.
A ello se suma que, desde el lunes, varios barrios sufren escasez de agua potable, lo que obliga a la gente a ir caminando a buscarla y a hacer fila en las zonas de distribución.
Por otra parte, este miércoles Medios Sin Fronteras (MSF) denunció que dos heridos de bala que transportaba la organización en una ambulancia fueron «ejecutados» por miembros de las fuerzas del orden y un grupo parapolicial en Puerto Príncipe.
Ante la violencia imperante, embajadas y servicios consulares, como los de Francia, permanecieron cerrados al público este miércoles, mientras que los trabajos en la delegación de Estados Unidos se vieron limitados y las citas para visados y otros servicios fueron anuladas.
La embajada estadounidense alertó en su cuenta de X de que «la situación de seguridad en Haití en general es impredecible y peligrosa», por lo que pidió tener en cuenta todo ello antes de viajar a cualquier lugar en el país.
Esto sucede después de que la víspera fuera también una jornada marcada por la falta de actividad y la violencia, con viviendas quemadas en la zona de Sarthe (al norte de la capital) y enfrentamientos entre miembros de la coalición de bandas Vivre Ensemble (Vivir Juntos) y unidades de la Policía Nacional haitiana, especialmente en Carrefour de l’Aéroport, que obligaron a los residentes a huir de la zona.
Además, el martes los grupos armados atacaron una facultad de la Universidad de Estado de Haití y los estudiantes solo pudieron escapar cuando una tanqueta de la Policía Nacional acudió en su rescate.
Todo ello se produce después de que el domingo pasado, el líder de Vivre Ensemble, el expolicía Jimmy Cherizier alias ‘Barbecue’, anunciara un recrudecimiento de la violencia y pidiera a la población no salir de sus casas si no era necesario.
Ya el lunes, dos aviones comerciales estadounidenses fueron tiroteados, lo que llevó al cierre del aeropuerto internacional Toussaint Louverture, el principal del país, y a la suspensión de vuelos por parte de varias compañías.
Tras la destitución de Garry Conille, el lunes tomó posesión el nuevo primer ministro de Haití, Alix Didier Fils-Aimé, quien tendrá la seguridad como uno de sus mayores desafíos al frente del Gobierno.
Solo entre julio y septiembre pasado al menos 1.223 personas murieron y 522 resultaron heridas como consecuencia de la violencia y la lucha contra las bandas, según la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh).
A ello se suman las 3.900 víctimas entre muertos y heridos en el primer semestre del año, después de que 2023 cerrara con unas 8.000 víctimas.