La estrella pop estadounidense Jennifer Lopez vivió un momento inusual el pasado lunes, cuando un guardia de seguridad le negó el acceso a una tienda de Chanel en el centro comercial Istinye Park, alegando que el local estaba al máximo de su capacidad.
El incidente ocurrió un día antes de su concierto en la ciudad. Según medios locales, Lopez reaccionó con total calma: “Bien, no hay problema”, respondió antes de retirarse sin mostrar molestia. Posteriormente, personal de la tienda se acercó para invitarla a entrar, pero la artista declinó y continuó su recorrido.
Durante su jornada de compras, la cantante pasó cerca de tres horas en exclusivas tiendas de moda como Celine y Beymen, donde, según el portal Patronlar Dünyası, gastó decenas de miles de dólares.
Tras difundirse el incidente, los internautas elogiaron que Lopez no actuara como “diva” o exigiese un trato particular; sin embargo, también salió a flote que esa boutique en especial acumula críticas negativas recurrentes.
De acuerdo con Page Six, el local tiene una calificación promedio de 2,9 sobre 5 en Google, con numerosas reseñas que señalan el trato “descortés y poco profesional” de su personal de seguridad.
Algunos clientes han descrito el ambiente en la entrada como “incómodo” y “casi hostil”, mientras que otros afirman que los guardias tratan a los compradores “con sospecha en lugar de respeto, incluso a aquellos que claramente están allí para realizar compras significativas”. Estas quejas se remontan a años atrás y continúan hasta fechas recientes.
