A pesar de que las autoridades y los organizadores de la marcha en el Hoyo de Friusa aseguraron una y otra vez que el evento sería con civismo y garantizando la seguridad de todos los presentes, sucedió todo lo contrario.
El lugar se convirtió en un escenario de enfrentamientos con los efectivos de seguridad desplegados en la zona desde tempranas horas de la mañana.
Esta situación no se dio precisamente a causa de los convocantes oficiales a la marcha, en este caso la Antigua Orden Dominicana.
Allí aparecieron “infiltrados” que se dieron a la tarea de llegar al punto de encuentro y, minutos más tarde de iniciar el evento a las 02:00 p.m., provocar un desborde de violencia que terminó con bombas lacrimógenas, agua a presión y disparos de perdigones por parte de las autoridades.
Ante este escenario tanto el líder de la Antigua Orden, Ángelo Vásquez y sus acompañantes se desligaron de los eventos de violencia, y confirmaron que ellos cumplieron con el recorrido que habían acordado con las autoridades del orden.
Así, lo que era un llamado para crear conciencia sobre la alegada “invasión” haitiana en ese sector de Bávaro, provincia La Altagracia, se convirtió en caldo de cultivo para que personas, al parecer malintencionadas, hicieran de las suyas y manipularan el escenario a su antojo.
Y aunque estas acciones no son un candado a la libertad de marchar en el país, sí pudieran ser una mancha para las organizaciones que encabezan ese tipo de eventos aunque no tengan la culpa ni el control de quienes se sumen a la convocatoria.
