Minneapolis, Estados Unidos (AFP).- El expolicía Derek Chauvin fue condenado este viernes a 22 años y medio de cárcel por el asesinato del afroestadounidense George Floyd, un homicidio que provocó las mayores manifestaciones por la justicia racial en Estados Unidos en décadas.
“La sentencia no se basa en la emoción o la simpatía”, dijo el juez Peter Cahill al dictar la pena en un tribunal de Minneapolis después de que los fiscales pidieran una condena de 30 años. Añadió en un breve discurso que tampoco se basaba “en la opinión pública”, sino en la ley y en los hechos específicos del caso.
Algunas personas se congregaron afuera del tribunal en Minneapolis, donde no estaban los soldados desplegados durante el juicio de ocho semanas.
El magistrado consideró que Chauvin había “abusado de su posición de confianza y autoridad”, que había tratado a Floyd con “especial crueldad” frente a menores, y que “cometió el crimen como grupo con la participación activa de al menos otros tres” uniformados.
El juez Cahill rechazó este viernes un pedido presentado por la defensa para un nuevo juicio ante dudas sobre la imparcialidad de algunos miembros del jurado, al considerar que «no pudo probar» sus acusaciones.
Hace exactamente 13 meses, Chauvin y tres colegas arrestaron a Floyd, de 46 años, bajo la sospecha de que había pasado un billete falso de 20 dólares en una tienda de Minneapolis. Fue esposado e inmovilizado contra el pavimento en medio de la calle.
Luego, Chauvin se arrodilló sobre el cuello de Floyd durante casi diez minutos, indiferente a las súplicas de la víctima y de los angustiados transeúntes, e incluso cuando el pulso del hombre de unos cuarenta años se desvanecía.
La escena, filmada con un celular y subida a las redes por una joven, rápidamente se volvió viral y desencadenó manifestaciones en distintas partes del mundo. En ese contexto, el juicio de Chauvin fue seguido de cerca desde marzo por millones de personas en todo el país.
Durante semanas, la escena del crimen fue revisada desde todos los ángulos, fueron escuchados los testimonios de los testigos y de las partes y desfilaron por la sala de juicio una cantidad inédita de policías, en su mayoría para denunciar la actitud de su excolega.
De su lado, el abogado del expolicía, Eric Nelson, insistió en que Chauvin había seguido los procedimientos policiales vigentes en ese momento y que la muerte de Floyd se debió a problemas de salud agravados por el consumo de drogas.
Los miembros del jurado no quedaron convencidos y tardaron menos de diez horas en declararlo culpable. Su decisión fue recibida con alivio en todo el país, pues muchos temieron que una absolución condujera a peores disturbios con la exoneración, una vez más, de un policía blanco.