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jueves 6, noviembre, 2025

Algunos jóvenes pasan entre 6 y 9 horas al día conectados al celular, advierten expertos

Santo Domingo.- Cada vez más dominicanos, jóvenes y adultos por igual, se sienten incapaces de desconectarse de sus celulares, como si vivir sin ellos fuera una tarea imposible. Lo que comenzó siendo una herramienta útil para comunicarnos, trabajar o entretenernos, hoy representa una amenaza silenciosa para la salud mental de miles.

Especialistas en salud mental alertan que el uso constante del celular y el consumo desmedido de redes sociales ya no es solo una «mala costumbre», sino una forma moderna de adicción, con efectos comparables a otros trastornos de dependencia. TikTok, Instagram y Facebook, lejos de ser simples pasatiempos, están moldeando la autoestima de muchos usuarios, sobre todo entre niños, adolescentes y jóvenes adultos.

Los datos son reveladores. En República Dominicana, gran parte de la población joven pasa entre 6 y 9 horas diarias frente a una pantalla, conectados al mundo virtual pero desconectados de sí mismos y de los que les rodean.

La psiquiatra Francis Báez ha recibido en consulta a pacientes que experimentan ataques de ansiedad por dejar su celular en casa o porque el dispositivo dejó de funcionar de repente. Por su parte, Abril Arias, presidenta de ASODOPSI, recuerda casos de personas que, por esta adicción, han perdido desde empleos hasta bienes materiales. Algunas, incluso, han sufrido accidentes.

El celular ha dejado de ser un medio de comunicación para convertirse en un dispositivo de validación emocional, una fuente constante de presión y comparación. «Tú también deberías tener eso», «tú deberías verte así», es el mensaje silencioso pero insistente que envían las redes, generando sentimientos de inferioridad, frustración y aislamiento.

El fenómeno no es solo individual: también desintegra vínculos sociales, interrumpe conversaciones, limita el contacto visual y deteriora la capacidad de socializar. Muchas personas ya no miran al otro a la cara, ni saben estar presentes sin el filtro de una pantalla.

Ante este escenario, las expertas hacen un llamado urgente al Estado y al sistema educativo: es necesario implementar programas de educación digital y salud mental, con enfoque preventivo y adaptados a esta nueva realidad. Además, exhortan a padres y cuidadores a establecer límites claros, rutinas saludables y horarios específicos para el uso de dispositivos.

Porque si bien los celulares vinieron para quedarse, la adicción no tiene por qué quedarse con nosotros.

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