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Santo Domingo
miércoles 19, febrero, 2025

Estamos al borde de un colapso

El caos en el tránsito vehicular en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo se agrava conforme pasa el tiempo.

No hay control en la importación y mucho menos una estrategia de planificación para contener la “epidemia de vehículos” que circulan por las calles y avenidas de la ciudad. Es un desorden mayúsculo al que pocos prestan atención.

Los planes y programas para viabilizar el tránsito, se han quedado en palabras, mientras los largos entaponamientos se imponen en la capital de manera avasallante a la espera de acciones puntuales que permitan enfrentar el problema.

Es necesario, urge, que se preste atención ya a los estragos que está provocando la realidad del tráfico. Debemos recordar que los elevados, pasos a desniveles y túneles, son los mismos de hace más de 20 años y durante ese tiempo la entrada de vehículos no se ha detenido; tampoco se han sacado de las calles las chatarras que circulan en el Gran Santo Domingo.

No hay forma de poder hacer frente a esa realidad, cuando no hemos tomado una sola medida para descongestionar el tránsito en la ciudad. Es un total descontrol que tarde o temprano nos llevará al colapso y cuando intentemos actuar será demasiado tarde.

La situación es muy compleja por la tradicional indiferencia hacia el problema. Lo que hace años pudo implicar un sacrificio soportable para los ciudadanos, hoy en dia requiere -como dirían los médicos- una cirugía mayor.

El gobierno anunció, hace algunas semanas, un plan para enfrentar este desesperante y costoso caos vehicular, que enerva a todos los que salen a la calle.

Ese plan y las recogidas de firmas que le adornan, no pueden quedarse en el papel. No llevarlo a cabo, contra viento y marea, sería propiciar el colapso.

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