El presidente Luis Abinader llegó a casa del el expresidente Hipólito Mejía, en chacabana, porque hoy es viernes y lo hizo sonriente y relajado, como se dice popularmente, con una sonrisa de oreja a oreja. Lo más seguro por los chistes que acostumbra a decir el exmandatario o simplemente porque junto a Mejía hay un ambiente más distendido que con los exmandatarios, Danilo Medina y Leonel Fernández.
Antes de entrar a la reunión, Abinader bromeaba con los periodistas que cubrían las incidencias del encuentro, que como es viernes llegó en «chacabana» y que su anfitrión tenía un «flow» con un saco formal. Todo el tiempo que transcurrió desde que se desmontó de su vehículo hasta que entró a la casa de Mejía, Abinader se mostró sonriente y relajado, incluso dirigiendo el protocolo para que los comunicadores pudieran tomar buenas fotos.
No sabemos si Hipólito le hizo algún chiste, lo que sí es evidente, es que el mandatario se encontraba en un ambiente distendido, suave, ligero, relajado y de confianza, por lo que se mostró siempre con una sonrisa.
El tema que los convoca, la situación en Haití, definitivamente no es para reírse, ahora bien, en este caso, la solemnidad del tema, más que relativizarse se discute en un ambiente de camaradería y cercanía, como se muestra en las fotos compartidas de la reunión entre Abinader y Mejía.
El 26 de junio pasado Abinader se reunió con Danilo Medina en la Casa Presidencial del PLD y aunque la foto que comparte la presidencia se muestra al mandatario sonriente, luce más formal y con una sonrisa más bien protocolar.

La reunión con el exmandatario Leonel Fernández la tensión fue más evidente, tanto por el rostro tieso, adusto, circunspecto y reservado de Fernández como el de Abinader, que no muestra una sonrisa.


Contrario a la reunión con los expresidentes del PLD, con el exmandatario del PRM, Hipólito Mejía, se ve a un presidente Abinader en un ambiente de comodidad, como si estuviera con un amigo mayor que le da confianza y seguridad.


