spot_img

29.5 C
Santo Domingo
lunes 2, diciembre, 2024

El regreso de Donald Trump

Las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos han marcado un momento crucial en la política contemporánea. En una contienda donde los medios tradicionales trataron de instalar la narrativa de una contienda cerrada, Donald Trump logró una potente victoria sobre Kamala Harris. Su triunfo no solo desafió pronósticos y encuestas, sino que reveló cambios profundos en el electorado estadounidense. Con una postura rebelde en temas económicos, globales y de seguridad, aunado al respaldo de figuras influyentes en medios alternativos, Trump consolidó su mensaje entre votantes diversos. Este resultado nos ofrece varias enseñanzas sobre la política en Estados Unidos, y plantea nuevos retos para el Partido Demócrata y el liderazgo político en la Unión Americana de cara al futuro.

Los resultados

Las plataformas que contabilizaron la votación en tiempo real fueron los primeros que dieron ganador a Donald Trump, quien se impuso sobre Kamala Harris en una contienda muy favorable al Partido Republicano, con unos resultados que no se veían desde el triunfo de George H. W. Bush en 1988. Trump consolidó su base y atrajo un apoyo considerable en nuevos sectores (algo impensable hace algunos años), marcando una transformación en la dinámica electoral estadounidense. Además de la presidencia, los republicanos lograron la mayoría en la Cámara de Representantes, también en el Senado, y ganaron 8 de las 11 gubernaturas en competencia, así como la mayoría de los congresos locales y la mayor parte de los condados del país. A pesar de los recursos invertidos en la campaña de Harris, que tuvo un respaldo financiero de 1.6 mil millones de dólares frente a los menos de 400 millones que Trump recaudó, el resultado mostró que una narrativa bien ejecutada y un mensaje auténtico pueden superar la ventaja económica.

Fuente: Comité de campaña. Ciclo electoral de 2024 basado en datos de la Comisión Federal Electoral publicados electrónicamente el 7 de noviembre de 2024 a las 4:00 p.m. OpenSecrets.

En cuanto a los datos, comparado con 2020, Trump avanzó en casi el 90 % de los condados del país y ganó terreno en todos los estados excepto en Utah y Washington, Los resultados mostraron que obtuvo el 55 % del voto masculino latino a nivel nacional, con un aumento de 19 puntos porcentuales respecto a 2020. En el voto latino general, captó el 46 %, subiendo 14 puntos porcentuales; Harris gana el 53 % de las mujeres votantes en todo el país; Trump gana el 45 % (la diferencia fue del 8 %); el 64 % de los nativos americanos también votaron por el candidato republicano.

En lo que respecta al voto por educación e ingreso, hemos visto algo muy curioso y que requerirá de un exhaustivo análisis posterior. En los últimos 30 años, todos los candidatos presidenciales que lograron captar a la coalición de votantes de bajos ingresos y baja educación ganaron la presidencia. Este cambio en las coaliciones partidistas de Estados Unidos ha sido sorprendentemente rápido.

Hoy en día, los demócratas se han convertido en el partido preferido de los votantes con educación superior y altos ingresos (minoría de la población), una realidad opuesta a la de hace apenas 12 años, en este sentido, la coalición de votantes que apoyó a Donald Trump en estas elecciones se parece más a la de Barack Obama en 2008 que a la base de Kamala Harris.

Esta elección además permitió el mejor desempeño del Partido Republicano entre los votantes de 18 a 29 años en dos décadas, entre los votantes negros mayores de 48 años y entre los hispanos de 52 años o más. También significó el mejor resultado del Partido Republicano en el voto popular (en año de elección presidencial) para la Cámara de Representantes desde 1928.

Margen republicano sobre los demócratas, cambio desde 2020, por grupo demográfico. Fuente: Financial Times, con datos de Catalist y Edison Research.

Algunas causas del triunfo de Donald Trump y su significado como fenómeno político

El triunfo del candidato candidato republicano fue impulsado por una serie de factores que han redefinido el panorama político estadounidense. En primer lugar, su campaña logró conectar con sectores de la clase trabajadora y votantes que percibían un distanciamiento del Partido Demócrata respecto a sus necesidades inmediatas. Trump, a diferencia de Harris, centró su mensaje en temas económicos y de seguridad.

Trump también logró ganancias cruciales en el apoyo entre los hombres latinos, lanzando un mensaje de masculinidad, sin complejos, que conectó profundamente con votantes desilusionados por las narrativas progresistas. Este cambio reflejó un respaldo creciente entre latinos que, al igual que generaciones pasadas de inmigrantes, desean lograr el “sueño americano” a través del trabajo arduo y la integración social. En este mismo orden de ideas, figuras como Joe Rogan y el vicepresidente electo JD Vance amplificaron esta narrativa, ofreciendo una plataforma que abrazaba la autosuficiencia y la confianza masculina. Este enfoque llenó un vacío cultural, particularmente para los hombres más jóvenes que pueden haberse sentido al margen por un discurso izquierdista centrado en criticar la llamada “masculinidad tóxica”. Mientras que la postura de Trump les dio a estos votantes un sentido de propósito y pertenencia.

Otro factor clave en el fenómeno Trump en esta tercera candidatura fue el respaldo de líderes y figuras reconocidas que, al igual que él, cuestionan las estructuras de poder y promueven la libertad de expresión sin restricciones. Personalidades como Elon Musk, Tulsi Gabbard, Robert Kennedy Jr., Vivek Ramaswamy, entre otros, se unieron para apoyar abiertamente su candidatura, aportando un mensaje de rebeldía y autenticidad que conectó en amplios sectores de la población, además de darle frescura y un sentido de unidad a su campaña. Este respaldo no solo amplificó su mensaje en redes sociales y medios alternativos, sino que también desafió la narrativa (casi a nivel de militancia) instalada por los medios tradicionales (radio, prensa y tv).

Además, Trump planteó, fortaleciendo su discurso antisistema, un desafío directo a las estructuras de poder en Estados Unidos, a la que el exanalista de la CIA Ray McGovern llama “MICIMATT” (Complejo Militar-Industrial-Congresional-Inteligencia-Medios-Academia-Think Tank). Esta red de poder, conocida también como el Deep State (Estado profundo) está compuesta por estructuras que no dependen de los ciclos electorales para ejercer su influencia. Trump denunció abiertamente el peso de este sistema en la política, y en respuesta, se convirtió en el blanco de ataques y campañas de desprestigio: enfrentó denuncias penales, una cobertura mediática que buscaba etiquetarlo como “nazi”, delincuente, entre otros calificativos, e incluso fue objeto de tres intentos de atentados contra su vida. A pesar de estas adversidades, el mensaje de Trump logró penetrar en la conciencia de millones de estadounidenses, quienes vieron en él una figura dispuesta a desafiar al establishment en beneficio de quienes se sienten olvidados por el sistema.

La derrota de Kamala Harris y las fallas del Partido Demócrata

La campaña de Kamala Harris se caracterizó por errores estratégicos de su equipo y del Partido Demócrata. Una de las decisiones más discutidas fue la imposición de Harris como candidata única, sin un proceso de primarias, democrático y competitivo. Esta falta de competencia debilitó su apoyo desde el principio y alimentó la desconexión con la base trabajadora.

Otro elemento crucial de la derrota tuvo que ver con que la vicepresidente Kamala Harris y el Partido Demócrata mintieron al pueblo estadounidense sobre la precaria salud cognitiva y la aptitud física del presidente Joseph Biden.

Vale la pena también destacar que la estrategia de comunicación de la campaña de Harris fue equívoca. Poca exposición en ruedas de prensa, poniendo el énfasis de sus mensajes a través de los medios tradicionales, sin percatarse que la audiencia de canales de televisión como ABC, CBS, CNN y NBC han estado en constante descenso por décadas. Mientras que Trump volcó su maquinaria de comunicación a redes sociales y medios alternativos, ya que la gente está ávida de información sin filtros, algo que los medios tradicionales no logran. Un ejemplo de ello fue la entrevista de Donald Trump con el podcaster Joe Rogan, con más de 46 millones de visitas en YouTube, hasta el momento de redactar este artículo. Muy superior a las audiencias de muchos de los programas de noticias y opiniones de la televisión o la radio.

Fuente: Nielsen Media Research.

Un factor muy negativo para Harris fue el impacto de la administración Biden-Harris en la percepción del electorado fue evidente. Con una tasa de rechazo en temas económicos que alcanzó el 83 %, según Gallup, con una inflación alimentaria y de servicios persistente y un endeudamiento de las familias como pocas veces se ha visto, el electorado manifestó su descontento.

Fuente: Índice de confianza económica Gallup 2020–2024.
Préstamos al consumidor: tarjetas de crédito y otros planes rotativos, todos los bancos comerciales / Tasas de ahorro personal. Fuente: FRED, Federal Reserve Economic Data.

En este sentido, la elección presidencial del 5 de noviembre nos recuerda aquella famosa frase de “es la economía, estúpido” usada durante la campaña del entonces candidato Bill Clinton en 1992. No hay nada que supere el peso de la economía. El bolsillo sigue siendo el factor clave para la mayoría de los votantes dentro y fuera de Estados Unidos.

Una reciente declaración contundente de Bernie Sanders (Senador por Vermont) a propósito de la derrota de su partido: “Un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubrirá que la clase trabajadora lo ha abandonado a él.” Este sentimiento fue reflejo de una pérdida de apoyo en casi todos los grupos demográficos, quienes se sintieron desconectados de las políticas de la presente administración.

Lo que se espera de la nueva administración Trump-Vance

Con su regreso a la Casa Blanca a partir del 20 de enero próximo, Donald Trump tiene la intención de implementar políticas que conviertan a Estados Unidos en un imán para la inversión extranjera y que fortalezcan la seguridad de sus fronteras. Una de sus propuestas estrella tiene que ver con el reducir el impuesto corporativo (ISR) del 21 % al 15 %, lo que convertiría de facto a los Estados Unidos en un paraíso fiscal, haciéndolo un destino muy atractivo no solo para corporaciones internacionales sino para cualquier PYME en general. Además de este apetitoso atractivo fiscal, Trump planea simplificar las regulaciones para que invertir en el país sea más accesible, rentable y seguro. Para esto último contará con el liderazgo del magnate tecnológico Elon Musk, quien ya el propio Trump le ha solicitado que cree una nueva Comisión de Eficiencia Gubernamental destinada a auditar y reducir el gasto público innecesario de forma exponencial.

La administración Trump también planea endurecer las políticas de migración y lucha contra el narcotráfico (principalmente de fentanilo), lo que tendrá implicaciones directas principalmente para México. En cuanto a la migración ilegal, Trump ha prometido reforzar la seguridad fronteriza a un máximo nivel y pretende aumentar las deportaciones de migrantes indocumentados que hayan cometido delitos, lo que supondría una carga mayor para México, que tendría que gestionar la recepción de estos migrantes. Además, se espera que la administración de Trump presione a México para que refuerce su frontera sur y colabore más activamente en la contención de los flujos migratorios provenientes de Centro y Sudamérica.

En lo que respecta al tráfico de drogas por parte de los carteles mexicanos, Trump ha advertido la necesidad de considerarlos organizaciones terroristas, al propio tiempo, existe la posibilidad de presionar con un aranceles a México, la posibilidad de no renovación del T-MEC y, tal vez, operaciones militares de cuerpos de élite estadounidenses para atacar a estas organizaciones criminales en casos estrictamente críticos.

Un factor de creciente complejidad es la presencia de China en México. Empresas como MG Motors, BYD y DFAC han anunciado inversiones en el sector automotriz mexicano. Sin embargo, en el marco de la revisión del T-MEC en 2026, el incremento de relaciones comerciales con China podría generar fricciones con Estados Unidos y Canadá, que buscarán restringir el acceso de compañías chinas al mercado norteamericano a través de México.

Las elecciones nacionales de Canadá, programadas a más tardar para octubre de 2025, cobran una especial relevancia para México en el contexto de la revisión del T-MEC en 2026. La posible victoria de Pierre Poilievre (apodado el “Trump de Canadá”), actual líder del Partido Conservador y gran favorito para ganar, podría configurar un escenario de gran cercanía ideológica entre Canadá y Estados Unidos bajo el liderazgo de Donald Trump. Este alineamiento político de ambos países intensificaría la presión sobre México en la renegociación del acuerdo. La posible mancuerna Trump-Poilievre representaría un desafío significativo para México, ya que ambos líderes comparten una visión nacionalista y pragmática que prioriza la competitividad de sus respectivas economías y favorecen una revisión estratégica del T-MEC basada en intereses nacionales. Este escenario podría colocar a México en una posición desfavorable en temas como representa un desafío considerable en sectores que van desde las manufacturas y la seguridad jurídica vía Estado de derecho, en una relación de fuerzas que amenazará con desintegrar el T-MEC y reemplazarlo por acuerdos comerciales bilaterales.

Lo que deja el proceso electoral estadounidense 2024

Las elecciones de 2024, que resultaron en la victoria de Donald Trump, dejan varias lecciones clave para entender la política estadounidense actual y la del futuro próximo:

Tener más dinero no garantiza la victoria: La campaña de Kamala Harris tuvo 1.6 mil millones de dólares, mientras que Trump contó con menos de 400 millones. Sin embargo, el respaldo financiero no aseguró el triunfo. La narrativa y el mensaje de Trump lograron conectar con los votantes de manera auténtica y orgánica, mostrando que el dinero, por sí solo, no garantiza el triunfo.

Caída de la influencia de los medios tradicionales: Este proceso evidenció una pérdida de poder de los medios tradicionales como “cuarto poder”. Las grandes cadenas y medios de comunicación, antes esenciales en la opinión pública, vieron reducida su influencia, mientras que las redes sociales y los medios alternativos tomaron la delantera en captar el interés de los votantes.

Disminución del peso de Hollywood y la música en la política: A diferencia de elecciones pasadas, donde figuras del entretenimiento jugaron un papel destacado, en 2024 la influencia de Hollywood y la industria de la música resultó muy limitada. La conexión entre estas industrias y el votante promedio ha cambiado, y su impacto en las campañas es muy poco relevante.

Desplazamiento de la vieja casta conservadora republicana: Esta elección consolidó una nueva corriente dentro del Partido Republicano. La vieja casta conservadora, representada por figuras como Bush, Cheney y Romney, quedó desplazada por una coalición que apoya a Trump y ha redefinido los valores e intereses del partido.

Diversificación del Partido RepublicanoLo que alguna vez fue un partido de perfil homogéneo, ahora es una coalición multiétnica y multirracial, uniendo a estadounidenses de diferentes orígenes que comparten el deseo de prosperar económicamente. Este cambio fue clave en la expansión de la base de apoyo de Trump en esta elección.

Percepción vs. realidad: La campaña de Harris apostó por crear una percepción de victoria mediante el apoyo de medios tradicionales, encuestas, influencers y figuras del entretenimiento. Sin embargo, esta imagen de éxito no se consolidó en la realidad de las urnas, y la campaña quedó expuesta cuando el resultado final mostró una clara desconexión entre la percepción proyectada y la decisión real de los votantes.

En definitiva, la elección de 2024 no solo redefinió el mapa político de Estados Unidos; mostró que, en un país en constante transformación, las viejas fórmulas ya no garantizan el éxito. Donald Trump y su equipo entendieron mejor que nadie hacia dónde se mueve el pulso de los votantes. Este nuevo ciclo y sus efectos, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, apenas empieza a sentirse.

Erick Lobo
Erick Lobohttps://polgov.mx
Consultor senior y analista data-driven. CEO de Politics & Government Consulting, México.

Últimas noticias

- Advertisement -spot_img

Relacionado

- Advertisement -spot_img

Deja un comentario