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martes 22, abril, 2025

El mismo Hipólito a sus 83 años: ocurrente, espontáneo, jocoso

NOTICIAS RNN, SANTO DOMINGO.- Con gran brío y ánimo llega Hipólito Mejía a sus 83 años de edad. Hombre espontáneo y de ocurrencias jocosas, mantiene un gran sentido del humor, inyectando su carisma personal a sus actividades públicas y privadas. Es capaz de «encender» al más aburrido. Participa en la vida pública como expresidente de la República y como alto dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM). Es reconocido como gran experto en materia agrícola.

En Gurabo, Santiago de los Caballeros, nació el 22 de febrero de 1941. Reconocido hombre de campo, estudió en el Instituto Politécnico Loyola y se hizo agrónomo. Luego, completó su formación universitaria en Carolina del Norte, Estados Unidos, donde realizó estudios de procesamiento del tabaco. Por sus labores agrícolas ha sido distinguido dentro y fuera del país.

A los 24 años, siendo muy joven, se convirtió en el director del Instituto Nacional del Tabaco. Más adelante, dirigió el Instituto Superior de Agricultura (ISA) y fue secretario de Estado de Agricultura en el Gobierno de don Antonio Guzmán (1978-1982). En estas funciones tuvo que enfrentar las catástrofes dejadas por el huracán David y la tormenta Federico en 1979. El campo se recuperó y la población no sufrió mayor escasez de productos.

Su carrera política ha tenido tres momentos estelares, en igual número de partidos. Ingresó a la política como miembro del extinto Partido Revolucionario Social Cristiano, el del «machete verde», junto a figuras eminente como Alfonso Moreno Martínez, Caíto Javier Castillo, Yuyo D’Alessandro y, sobre todo, Teófico -Quico- Tabar, su gran amigo. Luego, intima con el gran José Francisco Peña Gómez y entra al Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

En 1990 acompaña al líder perredeísta como candidato vicepresidencial: era la fórmula o el Proyecto Peña e Hipólito, «café con leche», en alusión al contrastante color de piel de ambos. Más tarde, las iniciales de ese proyecto se convertirían en el famoso PPH, aunque con otras características.

Así, de socialcristiano se hizo socialdemócrata en el PRD. Dejó la doctrina social de la Iglesia y asió el jacho blanco ‘prendío’. En su trance de uno a otro partido no congenió con el presidente Balaguer: cuando el socialcristianismo se fundió con el balaguerismo y le aportó al Partido Reformista lo de Social Cristiano en 1986, ya Hipólito tenía años como alto dirigente del PRD y, después del balaguerato atroz, había sido alto funcionario en un Gobierno perredeísta. Pretendió una que otra candidatura, hasta completar el binomio presidencial con el gran Peña Gómez.

La fórmula del noventa se derrumbó: el PRD quedó en tercer lugar, hundido bajo el peso enorme de la polaridad BalaguerBosch, PRSCPLD. Así, el primer PPH se fue a pique, pero echó las bases de un liderazgo carismático y emergente. Hipólito sería presidente de la República, llevado al poder por el jacho blanco ‘prendío’.

Sucedió en el 2000. Dos años antes, al morir Peña Gómez en 1998, se despertaron las apetencias de mando dentro del PRD. No pocos querían suceder al desaparecido líder y se lanzaron como ‘presidenciables’. Se halló a un árbitro y se realizó la convención. Hipólito Mejía venció a sus rivales internos y se convirtió en la figura presidencial del perredeísmo. El PRD era un sentimiento nacional, un delirio, casi una religión política. Estas pasiones alcanzaron su clímax con el fallecimiento de Peña Gómez y con la barrida electoral que logró el jacho blanco en los comicios congresuales-municipales de 1998. La maquinaria perredeísta estaba fuertemente engrasada y daría un golpe de gracia en las elecciones del 2000, haciendo historia con la primera mujer en ser vicepresidente.

Esa dama lo fue doña Milagros María Ortiz Bosch, sobrina por más señas del ilustre profesor Juan Bosch. El gobierno HipólitoMilagros no terminó bien: el país fue sacudido por un terremoto económico que disparó los niveles de pobreza y arruinó a empresarios y comerciantes. La quiebra de algunos bancos contribuyó a esa grave crisis. Sin embargo, la primera mitad del periodo (2000-2002) fue bueno y quedó validado en los resultados electorales de la contienda congresual-municipal de ese último año, donde el PRD obtuvo 29 de 32 senadores.

En 2004 se lanzó a la aventura reeleccionista y acabó intensamente aplastado. Pero su carrera política no estaba perdida: estaba agonizando, no era un cadáver aún. Años más tarde, en lucha sin cuartel contra Miguel Vargas Maldonado -que había sido candidato en 2008 tras la fallida aventura reeleccionista, y que había aumentado la votación de 34 a 41 por ciento del PRD-, se alzó nueva vez con la candidatura presidencial para el 2012.

Sin embargo, no pudo lograrlo y cayó derrotado frente a su contendor del PLD, Danilo Medina, que fue respaldado con todas sus fuerzas por el Gobierno. No pudiendo seguir en el PRD, asfixiado por grandes conflictos intrapartido, pasó junto a otros dirigentes a fundar el PRM.

Ling Almánzar
Ling Almánzar
Periodista y escritor. Papeles, documentos, crónicas: todo escritura; UASD, locución, televisión: todo comunicación.
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