NOTICIAS RNN, SANTO DOMINGO.- El debate presidencial celebrado anoche tuvo sabor histórico: por vez primera, un presidente en ejercicio se somete a un careo con sus contrincantes de oposición. Lo más parecido ocurrió hace más de sesenta años, en diciembre de 1962, cuando el entonces candidato del Partido Revolucionario Dominicano, el profesor Juan Bosch, protagonizó con el sacerdote Láutico García una encendida polémica en público, a pocas horas de las elecciones.
Bosch y García se enfrentaron en Ante la Prensa, el populoso programa de televisión que conducía Salvador Pittaluga Nivar. El enfrentamiento acabó muy tarde, pero la gente se animó y se lanzó a las calles, celebrando un triunfo anticipado. Bosch ganó con casi el sesenta por ciento de los sufragios: una votación histórica, en las primeras elecciones democráticas efectuadas después de la tiranía trujillista.
El punto más candente, el que reunió a ambos en ese tele-escenario, fue la pecaminosa acusación de marxista (o comunista, que para la época daba lo mismo) lanzada por el religioso contra el líder político. Esa imputación, grave y pesada en la época, apareció en la prensa, en un artículo escrito por el cura-intelectual. Para Bosch era una cuestión de honor. Así, sintiéndose difamado e injuriado, salió a defender su dignidad, aceptó el desafío y, lanza en ristre, se lanzaron al duelo. El padre García acabó retractándose: no fue capaz de probar su cortante acusación, y no tuvo más remedio que des-acusar al maestro.
Lo de anoche superó con creces ese episodio, aunque sigue vigente el precedente de 1962. En tiempos más recientes hubo intentos, asomos de sembrar debates preelectorales. En el 2006, por ejemplo, debatieron Reinaldo Pared Pérez y Johnny Jones como candidatos a la senaduría por el Distrito Nacional. Ese mismo año, a pocos días de las elecciones municipales, echaron un pulso verbal Roberto Salcedo y Alfredo Pacheco, por la Alcaldía de la Capital. Después, los presidentes seguían negándose a debatir alegando que no estaban obligados a ello, pero anoche se rompió esa racha histórica.
Aunque no hay en el país una cultura de debate público, se espera que los debates congresuales y presidenciales organizados por ANJE marquen la ruta de una costumbre que debiera figurar en la Ley de Régimen Electoral. De ese modo se echarían las bases de una democracia moderna, a tono con otros países más avanzados.
