Nueva York, Estados Unidos | AFP.- Nueva York, la ciudad más grande de Estados Unidos, se prepara a cerrar las escuelas ante el avance del coronavirus pero Donald Trump se negó el viernes a considerar un nuevo confinamiento general apostando a la próxima distribución de una vacuna.
Las medidas de restricción, al igual que las aplicadas en Europa estas últimas semanas, parecen sin embargo dar resultado. En el viejo continente, la pandemia está dando muestras de un cierto enlentecimiento.
Nueva York, la ciudad estadounidense más afectada por la primera ola de coronavirus en la primavera boreal, ha resistido hasta ahora a la segunda.
Pero la tasa de positividad de la prueba, que durante mucho tiempo se mantuvo cerca del 1%, ahora aumenta diariamente y superó el umbral crítico del 3% el viernes por primera vez.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el cierre de bares y restaurantes a partir de este viernes desde las 22H00 horas, una medida generalmente bien aceptada en una ciudad donde el desconfinamiento ha sido muy paulatino y este tipo de establecimientos ya estaban cerrando en su mayor parte antes de media noche.
El alcalde Bill de Blasio, quien reabrió parcialmente las escuelas públicas a fines de septiembre, pidió a los padres que se «preparen» para su cierre el lunes.
«Creo que se acerca la segunda ola (…), solo espero que no sea tan mala como la primera», dijo a la AFP John Ryan, de unos cincuenta años, mientras esperaba frente a un centro de pruebas en Manhattan.
El recuerdo de los camiones mortuorios y de las carpas levantadas frente a los hospitales en marzo-abril, con más de 23.000 muertes registradas en la metrópoli, todavía está en la mente de todos.
- Preocupación antes de Acción de Gracias -Nueva York parece ahora una fortaleza sitiada, ya que el virus se está propagando a toda velocidad por todo el país.
El número de nuevos casos diarios en Estados Unidos sigue aumentando: superó los 134.000 el jueves, con 1.703 nuevas muertes, según la Universidad Johns Hopkins.
En total, el país ha registrado más de 10,5 millones de casos y 242.621 muertes, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.
El número de hospitalizados por covid-19 también está en su nivel más elevado desde el comienzo de la pandemia, en más de 67.000, según el Covid Tracking Project.
«Tendremos que cerrar todo», advirtió el viernes Michael Mina, epidemiólogo de Harvard. «Y si no cerramos todo o buscamos alguna otra salida, Acción de Gracias conducirá a otra explosión masiva de casos».
Pero en su primera intervención pública desde el anuncio de su derrota el sábado -que sigue negándose a reconocer- Donald Trump descartó firmemente esta hipótesis.
«Pase lo que pase en el futuro (…) esta administración no impondrá confinamiento», dijo el presidente republicano.
En cambio, prometió que la distribución de las primeras dosis de una vacuna a las personas en situación de riesgo es «cuestión de semanas».
El anuncio del lunes por parte de los laboratorios Pfizer y BioNTech de pruebas prometedoras para una vacuna «90% efectiva» contra el covid-19 generó esperanza.
«Trabajaremos para darles una autorización de emergencia, que llegará muy rápido y entonces mi administración podrá coordinar la distribución de la vacuna», aseguró Trump.
Moncef Slaoui, director médico de Operation Warp Speed, que coordina la estrategia de vacunación del gobierno federal contra el virus, dijo más tarde que esperaba que unos 20 millones de estadounidenses puedan vacunarse en diciembre.
- Estabilización en Europa -Estados Unidos sigue siendo, el país con el mayor número de muertos, por delante de Brasil (164.737), India (128.668), México (97.056) y Reino Unido (50.928 fallecidos).
Pero con 284.000 nuevos casos diarios, Europa sigue siendo la región que registra más contaminaciones, incluso si las nuevas parecen haberse estabilizado (+ 1%) tras la adopción generalizada de medidas de confinamiento y toques de queda.
Sin embargo, las autoridades de casi todos los países del continente descartan relajar restricciones.
A pesar de los signos de desaceleración en Alemania, la canciller Angela Merkel estimó que la epidemia se extenderá «al menos todo el invierno» boreal.
Francia, uno de los epicentros de la segunda ola, también está experimentando una desaceleración de los contagios.
Pero esa caída es aún demasiado «frágil» para considerar levantar las restricciones el 1 de diciembre, cuando el 95% de las capacidades de reanimación están ocupadas y aún no se ha alcanzado el «pico» de este brote.
En Italia, la situación está empeorando en varias de las 20 regiones del país. En Nápoles, en particular, los hospitales están desbordados: los pacientes eran tratados directamente en sus coches, mientras que otros morían en ambulancias.
Salvo Oceanía, la tendencia al crecimiento de los casos también se verifica en Medio Oriente (+ 12% de nuevas infecciones por día), África (+ 10%), Asia (+ 2%) y América Latina y el Caribe (+ 12%).
