SANTO DOMINGO.- “Después de la tormenta viene la calma” es una frase popular muy usada luego de sufrir situaciones adversas.
Y sí, la calma volvió, pero con el trago amargo de la destrucción, inundaciones y el lodo dentro de los hogares de ciudadanos que fueron víctimas de los embates de las lluvias que cayeron sobre el país este fin de semana.
La mañana de este lunes, residentes en el Milloncito Segundo, Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte, observan con desesperanza el gran pozo de agua estancada que les dejó el diluvio, al menos eso dicen ellos.
Sentados a la orilla del agua sucia, entre vecinos comparten algunas opiniones que no se logran descifrar a la distancia.
“Lo perdimos casi todo, hoy estamos peor” es la única frase que sale de la boca de Martha Figuereo, quien se queja de la alegada ausencia de las autoridades.
“Las autoridades nada de pasar”, dice.