El déficit de cuenta corriente continuará disminuyendo este año hasta llegar a 2.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), apoyado por la solidez de las exportaciones y las remesas y financiado por inversión extranjera directa (IED).
Así lo confirma el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) al concluir la Consulta del Artículo IV con República Dominicana el 12 de noviembre pasado.
Pese a la desaceleración de la economía a finales de 2024 y el primer semestre de 2025, el FMI detectó indicios preliminares de que la actividad económica está repuntando sustentada por el apoyo de las políticas monetaria y fiscal, con el crédito, las exportaciones, y el crecimiento del turismo.
La consulta también indica que la inflación se mantiene cercana a la meta y se espera que promedie 3.7 por ciento en 2025.
«La posición externa está en línea con los fundamentos económicos y políticas recomendadas», indica el informe.
En cuanto al crecimiento económico de República Dominicana para el año 2026, el FMI prevé que se acelerará hasta el 4.5 por ciento y que luego convergerá a su tendencia de largo plazo del 5 por ciento, en tanto que se proyecta que la inflación se mantenga alrededor de la meta de 4±1 por ciento.
También indicó que el déficit de cuenta corriente se mantendrá alrededor de 2.5 por ciento del PIB y que continúe financiado por la inversión extranjera directa.
En el caso del déficit y la deuda del Gobierno estos se proyectan en una senda gradualmente descendente, en parte, debido a la reducción esperada de las pérdidas del sector eléctrico y una mejor focalización de los subsidios a la energía eléctrica y los combustibles.
«Esto contribuirá a crear espacio fiscal para el aumento programado de la inversión pública», dice el FMI.
El balance de riesgos está sesgado a la baja, pero República Dominicana está bien posicionada para afrontarlos.
El análisis expresa que aunque persisten los riesgos externos asociados a las condiciones financieras mundiales y la elevada incertidumbre, así como la vulnerabilidad a desastres naturales, el país cuenta con fundamentos económicos fuertes y espacio de política para responder en caso de que estos riesgos llegaran a materializarse.
No obstante advirtió que, en el plano interno, el retraso en la implementación de los planes de reformas e inversión pública por parte de las autoridades dominicanas podrían suponer factores desfavorables para el crecimiento.
Subrayan que una implementación robusta sería un factor favorable.
Los directores elogiaron los esfuerzos continuos de República Dominicana para fortalecer las políticas y las instituciones y promover reformas proempresariales, que han propiciado un desempeño macroeconómico sólido en las últimas dos décadas.
También coincidieron en que la postura de la política monetaria es adecuada en términos generales, en especial, el fortalecimiento del mecanismo de transmisión monetario ayudaría a apuntalar la eficacia del esquema de metas de inflación.




