
La revista Vogue desató un nuevo escándalo por su nueva portada en la que muestra la vicepresidenta estadounidense electa Kamala Harris.
La portada fue publicada en las redes sociales de la revista y de inmediato fue tendencia en las mismas, siendo acusada de inmediato de cometer los mismos errores que se cometió con la actriz mexicana Yalitza Aparicio en la revista Hola, donde aparecen con un tono de piel más claro y una figura más esterilizada.
En la fotografía, Kamala Harris posa frente a un fondo rosa y verde con una chaqueta negra y unos tenis Converse, sin embargo, una fuente cercana al entorno de la funcionaria reveló que esa fotografía más informal debía aparecer en el interior de la revista, mientras que en la portada Harris sería mostrada posando con un traje azul claro sobre un fondo dorado.
El dramaturgo y abogado Wajahat Ali describió el hecho como un «desastre» y agregó que la editora en jefe de Vogue, Anna Wintour, «realmente no debe tener amigos y colegas negros».
Otros usuarios llegaron a acusar a la revista de falsificar la imagen, algo que luego fue desmentido por la editorial.