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sábado 18, octubre, 2025

Crisis geopolítica en 2024 y el retroceso de las sociedades liberales, según Fukuyama

El ámbito geopolítico del año 2024 se caracteriza por la continuidad de un período de convulsiones que, en los últimos años, amenaza la hegemonía de las democracias liberales ante el auge de gobiernos autoritarios, en un enfrentamiento que muchas veces hace a un lado la diplomacia y opta por la opción militar.

Desde que en 1992 el politólogo estadounidense Francis Fukuyama decretó el “fin de la historia”, sugiriendo el cese de todos los grandes conflictos que amenazaban a la humanidad durante la Guerra Fría, pocos se esperaban nuevamente una época de confrontación bélica a gran escala en varios puntos del mundo a la vez, pero que, ante todo, tiene de fondo a dos sistemas en pugna, el autoritarismo y el liberalismo.

Fukuyama, en su controvertida obra “El fin de la Historia y el último hombre”, había prometido una utopía donde las sociedades liberales lograrían satisfacer las necesidades fundamentales de los seres humanos y unificarían a los países entorno al reconocimiento de la universalidad de los derechos humanos, sin distinción de etnia, nacionalidad, creencia ni afiliación política. Esta unificación de naciones liberales iba aun más allá de una escala de valores éticos, también incluía el reconocimiento de la importancia del libre mercado y la propiedad privada, así como la no injerencia del Estado en las decisiones vitales del ser humano.

En un contexto en el que se anunciaba la disolución total de la Unión Soviética en 1991 y la amenaza de un holocausto nuclear se desvanecía, la utopía de Fukuyama fue percibida de manera convincente. Era «el fin de la Historia», una metáfora en el sentido de la dialéctica del filósofo alemán Friedrich Hegel.

Sin embargo, pese a que la hegemonía de Estados Unidos y las naciones liberales todavía es predominante, es cierto que han surgido modelos alternos que compiten por un espacio de influencia en el universo de las naciones. Estos modelos, afirma Fukuyama, vienen tanto de sectores de derecha como de izquierda y contradicen a las sociedades liberales en el sentido de que sus gobiernos populistas se imponen al imperio de la ley que debería garantizar el estado de derecho.

En conversación con el doctor Iván Gatón, catedrático y experto en temas de geopolítica, él nos resaltó un punto importante, y es que una vez establecida la hegemonía del liberalismo a quien más beneficios le ha reportado es a China, una superpotencia económica, gobernada por un régimen comunista que, curiosamente es liberal en el sentido económico, pero con restricciones y un fuerte dominio de un sistema unipartidista.

En este panorama, para el doctor Gatón la democracia a nivel mundial está en declive, una afirmación en la que coincide con Fukuyama, quien, en una conferencia titulada como su reciente obra, «El liberalismo y sus desencantados. Cómo defender y salvaguardar nuestras democracias liberales», advirtió que éstas sociedades, en el siglo XXI, se encuentran bajo la amenaza de gobiernos populistas de izquierda y de derecha que buscan socavar los valores del liberalismo.

En estas condiciones, en el panorama geopolítico, surge la tan mencionada multipolaridad, donde el centro de gravedad ya no se encuentra ubicado exclusivamente en Estados Unidos y Europa, como representantes de las sociedades liberales, sino que, como nos comentó el doctor Gatón, hay que tocar puertas en países como India, China, Rusia, Turquía, Vietnam y otros.

Tan solo el primero de enero de enero de 2024 se anunció la entrada a la Unión de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) de países como Egipto, Ethiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán. Todos en Oriente Medio.

“La multipolaridad usted tiene que verla en actores como India, que ya es la quinta economía del mundo; China, por supuesto, que es una locomotora de la economía mundial; tiene que ver a Rusia, porque es el almacén del planeta, aparte de que sigue siendo una potencia nuclear muy importante; tiene que ver a Turquía, el neootomanismo; tiene que ver a países como Vietnam, el mismo Bangladesh y Brasil inciden en la economía mundial. Eso es un mundo multipolar donde hay que tocar las puertas de distintos actores y no la hiperhegemonía que tenía Estados Unidos o el mundo bipolar que tuvimos después de la Segunda Guerra Mundial”, dijo el doctor Gatón.

Un 2024 convulso

En 2024, el riesgo advertido por Fukuyama y también notado por el doctor Gatón, ha ido en aumento con políticas de regímenes nacionalistas proteccionistas, a veces, en disputa bélica con naciones de herencia colonial lideradas por Estados Unidos, en el llamado frente liberal.

Ejemplos de estos conflictos calientes los encontramos en regiones como Oriente Medio, donde Israel continuó una campaña de bombardeos en la Franja de Gaza contra el grupo Hamás, dejando cifras espeluznantes de más de 40 mil muertos en un período de solo meses.

Con esta agresión Netanyahu no logró avances en la liberación de rehenes israelíes en manos de Hamás desde octubre del año anterior. En cambio, sí los obtuvo contra Irán al mermar la fuerza de grupos “proxi”, como Hezbolá en Líbano; la caída de Bashar al Sad en Siria y los huties en Yemen.

Este último grupo yemení, en febrero 2024 intensificaron sus ataques a los buques mercantes que transitan por el estrecho de Bab el-Mandeb como reacción a los ataques de Israel los palestinos en Gaza. Esto fue percibido por EEUU como una amenaza y respondió junto a otros países con bombardeos en puntos estratégicos del grupo de los hutíes en Yemen, un conflicto que actualmente permanece activo.

Otros acontecimientos importantes este año en Medio Oriente fueron, por ejemplo, el asesinato por parte de Israel del líder del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, en un edificio para veteranos de guerra en Teherán, a finales de julio, lo que desató una respuesta de Irán que lanzó más de 300 drones y misiles contra Israel, pero con daños parciales gracias a la defensa antiaérea en Tel Aviv.

A final de verano Israel intensificó sus ataques contra Hezbolá en Líbano y ocupó la zona fronteriza del país hasta noviembre de 2024. También interceptó y saboteó sus sistemas de comunicación y eliminó a su líder Hassan Nasrallah, tercer secretario general de dicho partido y milicia islamista chiita.

Luego que Israel debilitara a los aliados de Irán en la región, el segundo atacó al primero con una andanada de 200 misiles balísticos. La reacción de Israel consistió en un ataque limitado contra Irán, causando daños en instalaciones militares, pero sin tocar la industria petrolera como recomendó Estados Unidos a sus aliados israelistas.

El 7 de diciembre cayó el régimen autoritario de Bashar al Assad en Siria, dictador que abandonó el país al ver a las fuerzas yihadistas HTS avanzar hacia la capital Damasco. En un principio se desconocía el paradero de Assad, gobernante que heredó el poder de su padre Hafez al Assad, y gobernó durante 24 años. Pocos días después trascendió que el gobierno ruso por razones «humanitarias» le concedió asilo al dictador sirio y a su familia en Moscú, que solo pudo observar la caída del aliado que anteriormente había salvado de sucumbir ante las fuerzas opositoras que asediaban a Assad en 2014.

Rusia y Ucrania

En el caso de la guerra que se libra en Ucrania contra Rusia, país que ha ocupado, en la región del Donbás, más del 20 % del territorio internacionalmente reconocido de Ucrania, la escalada del conflicto ha sido el factor prevalente y progresivo.

Ante el avance constante del ejército ruso en el este de Ucrania, pese a la ayuda militar y económica sin precedentes que Estados Unidos y otros 30 países han aportado al gobierno de Volodimir Zelenski, el presidente estadounidense Joe Biden anunció, a mediados de noviembre, que autorizaba a Ucrania disparar misiles de largo alcance de fabricación estadounidense hacia el territorio internacionalmente reconocido de Rusia.

Los ataques con misiles de la OTAN hacia Rusia iniciaron, por parte de Ucrania, y la reacción del presidente ruso, Vladimir Putin, no tardó, cuando anunció días después el lanzamiento de un misil experimental, en una prueba en situación de combate real, que se trató del oreshnik, un misil hipersónico de alcance intermedio y con capacidad nuclear, que impactó en un complejo industrial de Dnipropetrovsk, destruyéndolo solo con la energía cinética del impacto. Este evento evidenció la carrera armamentística, en la que Rusia proclamó estar a la vanguardia y en disposición de usarla cuando sea necesario.

Otro ingrediente importante, que en expectativa, se espera de un giro a la situación del conflicto ruso ucraniano es el retorno del republicano Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, pero eso será una historia corresponde al 2025.

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