Francia-El gigante chino de comercio electrónico Shein se encuentra en el centro de una investigación judicial en Francia, tras descubrirse que en su plataforma se vendían muñecas sexuales con apariencia infantil, lo que ha generado indignación y advertencias de sanciones en toda Europa.
La Dirección General de Competencia, Consumo y Represión de Fraudes (DGCCRF) informó que estos artículos presentaban características asociadas a la niñez, como tamaño reducido de alrededor de 80 centímetros y accesorios como osos de peluche, lo que levantó sospechas de contenido de carácter pedopornográfico.
Las muñecas estaban fabricadas en silicona y materiales sintéticos de alta definición, con rasgos corporales y faciales que recordaban a niños o adolescentes. Algunas medían menos de un metro de altura y eran presentadas en catálogos digitales sin restricciones de edad ni advertencias de contenido sexual. Las descripciones de los vendedores incluían expresiones ambiguas que, según la Dgccrf, confirmaban su uso sexual.
Las autoridades francesas calificaron los productos como “inaceptables” y advirtieron que, de no corregirse la situación, Shein podría ser bloqueada en el territorio francés. Además, el gobierno pidió a la Comisión Europea que inicie una investigación bajo la Ley de Servicios Digitales (DSA), la cual prevé multas de hasta el 6 % de los ingresos globales por violaciones a las normas de protección de menores.
En respuesta, Shein anunció la eliminación global de todas las muñecas sexuales de su catálogo y suspendió temporalmente su sección de artículos para adultos. La empresa afirmó que los productos fueron publicados por vendedores externos y que está cooperando con las autoridades para evitar futuras infracciones.
El caso ha reabierto el debate sobre la responsabilidad de las plataformas digitales en la supervisión del contenido que permiten comercializar. También ha puesto bajo vigilancia a otros portales de venta en línea, como Temu, AliExpress y Wish, señalados por ofrecer artículos similares.
Este episodio representa uno de los mayores desafíos regulatorios para Shein en Europa, donde crecen las exigencias de control y transparencia sobre las grandes plataformas internacionales.
