Al parecer aquí en República Dominicana todo el que tiene un pedacito de tierra y le da por construir compra par de block, varillas, cemento y le da “pa allá” sin tomar en cuenta ninguna rigurosidad.
Sin hacer estudio de suelo, sin permisos, sin ingenieros, sin arquitectos…
Para muestra un botón: el derrumbe de una edificio en construcción en La Romana que terminó con tres muertos de una misma familia, dos personas heridas (todos trabajadores de la obras) y varias viviendas cercanas afectadas.
Según las informaciones sobre este caso el ayuntamiento de esa provincia había notificado al propietario de la obra porque no contaba con los permisos necesarios, pero al parecer esa persona es otra de las que cree que puede saltarse la Ley sin miedo a tener consecuencias ejemplares.
Es como si ya estuviéramos resignados a actuar como chivos sin Ley y a que no haya régimen de consecuencias hasta en casos tan graves como estos.
Analizándolo bien quizás la culpa no es tanto de quienes infringen la Ley sino de las autoridades que no hacen sentir el brazo de la justicia cuando alguien osa saltarse los protocolos y lo quieren respaldar con la frase “así es el dominicano”.
Y si le notificaron y le hicieron caso omiso por qué el ayuntamiento, con su autoridad, no se impuso y paralizó la obra antes de la tragedia.
¿Por qué siempre se debe esperar el peor de los casos para actuar?
Da pena que familias pierdan a sus seres queridos por decisiones medalaganarias e irresponsables de unos cuantos.
Porque si bien es cierto hay pérdidas económicas, pero nunca se puede comparar con el dolor y el vacío que queda cuando se pierde a un ser querido.
Y, aunque esto no le va a devolver a sus seres queridos a esa familia, ojalá que haya justicia.
