Agencias.- Por primera vez se ha podido grabar en tiempo real el momento exacto en que un embrión humano inicia su implantación, gracias a un sistema en 3D que imita las capas externas del útero, desarrollado por un equipo internacional liderado por científicos catalanes.
El avance, publicado en Science Advances, abre la puerta a mejorar los tratamientos de fertilidad, ya que entender cómo se implanta un embrión podría aumentar las tasas de éxito en reproducción asistida, optimizar la calidad embrionaria y reducir los tiempos hasta el embarazo, según destacó el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC).
La innovación se basa en una plataforma con un gel que recrea el entorno uterino, compuesto por colágeno y proteínas clave para el desarrollo embrionario, lo que permitió observar cómo los embriones interactúan con su entorno, no solo en humanos sino también en ratones, ofreciendo una comparación inédita.
Hasta ahora, la información disponible provenía de imágenes fijas tomadas en momentos aislados, pero este modelo ha permitido registrar el proceso de manera continua. Los investigadores observaron que el embrión humano ejerce fuerzas mecánicas considerables para penetrar en el tejido uterino, remodelando la matriz que lo rodea y adaptándose también a señales externas.
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«Los embriones humanos literalmente se entierran en la matriz, ejerciendo una fuerza invasiva necesaria para integrarse por completo», explicó Samuel Ojosnegros, del IBEC, quien lideró el estudio.
El equipo comprobó además que los ratones y los humanos presentan diferencias notables: mientras en los roedores el útero se pliega para envolver al embrión, en los humanos ocurre lo contrario, ya que es el embrión el que avanza hacia el interior del tejido y comienza a expandirse radialmente desde dentro hacia afuera.
Los hallazgos también refuerzan la idea de que los fallos en la implantación son una de las principales causas de infertilidad y explican hasta el 60% de los abortos espontáneos, lo que subraya la importancia de comprender estas fuerzas biológicas.
La investigación contó con la colaboración del Hospital Universitario Dexeus, el Banco de Células Madre de Barcelona (IDIBELL), la Universidad de Barcelona, la Universidad de Tel Aviv, el CIBER y el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, consolidando un esfuerzo conjunto para desentrañar el inicio de la vida humana en sus primeras horas de desarrollo.