Lima, 11 oct (EFE).- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) planteó este viernes en Lima un programa de trabajo para 2026 que plantea «recalibrar los esfuerzos de política pública» de la región para alinearlos con los objetivos de la Agenda 2030 para el desarrollo.
El proyecto de programa de trabajo del sistema fue presentado por la oficial a cargo de la división de planificación de programas y operaciones de la Cepal, Sandra Manuelito, durante la última jornada del cuadragésimo período de sesiones del organismo.
Manuelito ofreció, en primer lugar, el informe de los logros y resultados alcanzados en 2023 y luego señaló que la propuesta para 2026 comprende compromisos internacionales con una visión analítica, normativa y de gestión del conocimiento.
Detalló que se trata de trece subprogramas interdependientes y complementarios, con prioridades estratégicas «dirigidas hacia una recuperación del crecimiento a través de un cambio del modelo de desarrollo» y «en línea con el principio de no dejar a nadie atrás».
También plantea la estrategia de transversalidad de género y de inclusión que impulsa la Cepal, además de estar alineada con los objetivos de reforma del sistema de desarrollo de las Naciones Unidas, con una perspectiva de mediano plazo.
El programa de trabajo comprende temas sobre desarrollo económico, social, sostenible desde el punto de vista ambiental, gestión pública y estadísticas, así como las actividades subregionales y de integración regional.
«Para la Cepal, la Agenda 2030 es de carácter universal, indivisible y transversal», enfatizó Manuelito.
Consideró que, por ese motivo, «es necesario recalibrar los esfuerzos de política pública en la región» y recordó a los estados miembros que, una vez adoptada, esta propuesta se convierte en un mandato para los integrantes de la Cepal.
La representante también expresó «el sincero agradecimiento» del organismo por «la confianza y el apoyo» que recibe de los países de América Latina y el Caribe.
Manifestó, en ese sentido, el «orgullo y satisfacción» por «continuar siendo un actor clave en los esfuerzos de desarrollo de América Latina y el Caribe».
La Cepal celebró desde el miércoles pasado en Lima su cuadragésimo período de sesiones con una invitación a «repensar y reimaginar los modelos de desarrollo» en el mundo, a partir del documento de trabajo presentado por Salazar-Xirinachas, que analiza la situación actual en términos de las trampas de desarrollo en las que el organismo ve sumida a la región.
El secretario ejecutivo sostuvo que el mundo está «buscando soluciones a temas inéditos y a grandes cambios» y que «este no es un documento más, esfuerzo de reimaginación» sobre el desarrollo.
Durante el encuentro, Salazar-Xirinachs también alerto que América Latina ha iniciado el camino hacia una tercera década perdida en términos de crecimiento económico.
En agosto pasado, el organismo confirmó que la región completó, entre 2015 y 2024, la peor etapa de crecimiento, con una tasa promedio del 0,9 %, desde la denominada «década perdida» de 1980.
Al presentar el documento de posición ‘América Latina y el Caribe ante las trampas del desarrollo: transformaciones indispensables y cómo gestionarlas’, aseveró que hay «tres círculos viciosos que se refuerzan mutuamente y limitan la capacidad de avanzar hacia mayores niveles desarrollo».
Estas tres «trampas» son la baja capacidad para crecer, la alta desigualdad y baja movilidad y cohesión social, así como la baja capacidad institucional y gobernaza poco efectiva.
Al referirse a la «trampa de bajas capacidades institucionales y gobernanza poco efectiva», comentó que «se requieren instituciones sólidas para gestionar las transformaciones», con políticas de estado a largo plazo.