Estados Unidos.- Los principales directivos de Ford presentaron la versión eléctrica del vehículo de más ventas en la historia del automóvil, la camioneta “pickup” F-150, y dijeron que será un modelo “revolucionario” para la compañía y fundamental para Estados Unidos.
Ford anunció que la versión básica de la F-150 Lightning tendrá un precio de 39,974 dólares, que puede disminuir gracias a los incentivos fiscales que las autoridades estatales y federales ofrecen por la compra de automóviles eléctricos. El modelo XLT, con más tecnologías y equipamiento, tendrá un precio de 52,974 dólares.
El presidente ejecutivo de Ford, Bill Ford, bisnieto del fundador de la compañía, declaró durante la presentación del vehículo en Dearborn, en las afueras de Detroit, donde el fabricante de automóviles tiene su sede, que la F-150 Lighining supone un “día histórico para la compañía y es un importante día para el futuro del país”.
La presentación oficial de la F-150 Lightning se produce un día después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, viajase a Dearborn para visitar la planta Ford Rouge Electric Vehicle Center, donde se producirá la camioneta, y tuviese la oportunidad de conducir una unidad de preproducción.
Biden, que ha presentado un plan de inversiones en infraestructuras de 2,3 billones de dólares que incluye 174,000 millones para apoyar el crecimiento de la producción doméstica de vehículos eléctricos como elemento clave de su estrategia para la lucha contra el cambio climático, declaró que “el futuro del sector del automóvil es eléctrico”.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, defendió la apuesta de su Gobierno por la inversión en infraestructuras y en su visita a Detroit, el epicentro de la industria automovilística estadounidense, advirtió de que “el futuro del sector del automóvil es eléctrico” y “no hay vuelta de hoja”.
Biden viajó a Michigan para visitar la planta de montaje en la que Ford producirá su nueva camioneta “pick-up” eléctrica F-150 Lightning.
Durante un discurso ante empleados y directivos de Ford en la planta situada en Dearborn, en las afueras de Detroit, defendió su ambicioso plan de infraestructuras de 2,3 billones de dólares porque, según señaló, el país necesita invertir en infraestructuras, especialmente en las que promueven la economía verde, para hacer frente a competidores como China y al resto del mundo.