Definitivamente la fiebre por chikungunya fue de trascendencia para el país, pues en el 2014 se recuerda como un brote que dio inicio en San Gregorio de Nigua, provincia San Cristóbal, se posicionó tanto que al finalizar el año se tenían unos 539,099 casos sospechosos.
Registrados habían 43,359 casos de enfermedad febril en el mes de junio, según los datos arrojados por la Dirección General de Epidemiología (Digepi), cantidad que superó la de los casos notificados por dengue desde que se inició la recopilación y vigilancia en el año 2000.
El virus del chikungunya causa fiebre alta, dolor de cabeza y articulaciones, siendo esto último uno de los males que más se quejan quienes están afectados, pues los dolores de articulación impiden acciones diarias y dan paso a la aflicción.
Tomando en cuenta también que la mayoría de los pacientes suele sentirse mejor luego de varios días o semanas, algunas personas pueden desarrollar dolor e inflamación en las articulaciones de manera crónica durante meses, incluso, años.
En la llegada del brote de 2014, un 50 % de las personas con síntomas de esta enfermedad no demandaron atención de servicios de salud, recibiendo tratamiento ambulatorio.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que durante el año 2022, en la Región de las Américas se notificaron 273,685 casos de chikungunya, incluidas 87 defunciones en 14 diferentes países. En las primeras ocho semanas de 2023, se reportaron 115,539 casos y 33 muertes, siendo Paraguay (1,128 casos por 100 mil habitantes) y Brasil (14.2 casos por 100 mil habitantes) las de mayor tasa de contagios.