ESTOCOLMO, SUECIA, AFP.- Eso indica un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo publicado el lunes, que atribuye el aumento principalmente al suministro masivo hacia Ucrania, pero también al incremento en los gastos militares en otros países como Polonia y Noruega.
Pieter Wezeman, coautor del informe, sostuvo que «sin duda se remonta a las decisiones que los Estados europeos han tomado sobre el aumento de sus capacidades militares después de la invasión rusa de Ucrania en 2014. Tras la anexión de Crimea, vemos que los Estados europeos ya decidieron entonces aumentar sus adquisiciones de armamento pesado. Pero, por supuesto, en 2022, vemos una mayor aceleración de ese proceso en el que los estados europeos quieren tener más armas y quieren tenerlas más rápido».
Ucrania, hasta ahora un importador poco relevante, se ha convertido en el tercer destino de armamento en el mundo el año pasado, por detrás de Catar e India, como resultado de la ayuda occidental para combatir la invasión rusa.
La antigua república soviética concentra el 31% de las importaciones de armas en Europa y el 8% a nivel mundial.
Aparte de Ucrania, el estudio refleja que el aumento de las importaciones europeas alcanzó un 35% en 2022.
Wezeman afirmó que «lo que vemos en los últimos años es una serie de cosas en el lado de las exportaciones, donde vemos que Estados Unidos se ha convertido en un proveedor de armas aún más importante que antes para muchos países del mundo. Según nuestras estadísticas, Estados Unidos representó el 40% del total de las exportaciones mundiales de armas en los últimos cinco años. Al mismo tiempo, vemos que las exportaciones de armas rusas están disminuyendo claramente».
A diferencia de Europa, los otros continentes y regiones registran un retroceso de sus importaciones en cinco años, con una reducción del 40% en África y de 20% en América del Norte y del Sur.