JANDAIRIS, SIRIA, AFP.- Entre las ruinas de un edificio de Jindires, una localidad en el noroeste de Siria muy impactada por el sismo, los socorristas encontraron a una bebé, nacida bajo los escombros y todavía unida por el cordón umbilical a su madre fallecida.
Esta recién nacida es la única integrante de su familia que sobrevivió al terremoto en la ciudad siria de Jindires.
Su padre, su madre, sus tres hermanas, su hermano y su tía… todos fallecieron al derrumbarse el edificio de cuatro plantas en el que vivían.
Con sus pocos medios, los rescatistas tardaron horas en poder retirar los escombros para extraer los cuerpos.
«Encontramos los cuerpos de los padres uno al lado del otro. Oímos un sonido mientras excavábamos. Antes no oíamos ningún sonido, pero cuando cavamos más, lo oímos. Cavamos y limpiamos y encontramos a la bebé todavía atada por el cordón umbilical, así que se lo cortamos y se la dimos a mi primo y él la llevó a un hospital de Afrin», dijo Khalil al-Suwadi, primo del padre de la bebé.
Los médicos que la atendieron estiman que nació probablemente siete horas después del sismo, con un peso de más de 3 kg.
Fue puesta en una incubadora y se le administraron vitaminas.
«Recibimos a la bebé ayer a las 15:00 horas, con hematomas y abrasiones por todo el cuerpo. Estuvo expuesta a un frío intenso. Calentamos a la niña y le dimos calcio y una solución azucarada. Su estado es ahora estable, gracias a Dios», dijo Hani Maarouf, médico pediatra en el hospital de Afrin.
La familia había huido de la región inestable de Deir Ezzor, más al este, creyendo que estarían seguros en Jindires, una localidad controlada desde 2018 por las fuerzas turcas y los grupos rebeldes proturcos.
Medio centenar de viviendas se derrumbaron en esta ciudad relativamente cercana al epicentro del sismo en Turquía.
El terremoto ha causado más de 5.000 muertos en Turquía y Siria, según los últimos balances, que no dejan de aumentar.