La señora Yubelkis García Martínez, residente en Villa Vásquez, aseguró que el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani), le arrebató a su hija de 11 años de edad, la cual, según cuenta en un video difundido en redes sociales, sufría de bullyng y ella buscaba ayuda medica.
García Martínez dijo que su hija fue evaluada y se descubrió que los traumas eran provocados por el bullyng que le hacían en la escuela, por lo que de inmediato fue internada en el referido Hospital Arturo Grullón. La madre comenta que duró 19 días con su niña interna.
Todo comenzó hace cuatro meses cuando la menor, de cuyo nombre se hace reserva por razones legales, debió ser internada en el Hospital Arturo Grullón, de Santiago, por una crisis de nervios que le produjo el bullyng del que estaba siendo objeto en el Liceo de Villa Vásquez.
De acuerdo con el relato de la madre, la niña de repente dejó de ir a la escuela, lloraba desconsoladamente y luego “se le metió una crisis diciendo un lote de cosas”. Es por ello que decidió buscar ayuda médica y de un sicólogo, para determinar la causa probable de esta terrible experiencia.
Sin embargo, narra que era aproximadamente las 11:00 PM del mismo día que le dieron el alta, cuando personal del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani), aparecieron en su casa y se llevaron a la joven sin ninguna explicación, con una supuesta orden de la Fiscalía de Montecristi.
Cuenta que a partir de ese día ha vivido la peor pesadilla de su vida, pues no comprendía las razones que tendría Conani para quitarle su niña, a quien dice amar, cuidar y proteger hasta con su propia vida. Luego se enteró que la trabajadora social del Hospital Arturo Grullón habría sido la que fue a Conani.
Manifiesta que la única vez que la dejaron visitar a su hija, la encontró golpeada en los ojos y con una mordida en un dedo. «Luego solo pude hablar con ella por teléfono, y ni eso ya le permiten, porque me decía llorando que en ese lugar la maltratan. Es un secuestro lo que han hecho», expresa con pezar.
Desde ese momento, dice que no puede comer ni conciliar el sueño, con el temor de que a su hija le suceda algo peor. Fue a la Fiscalía de Montecristi a poner la denuncia del bullyng que le hacía a su niña, y a Conani para que se la entreguen, pero nadie hace nada, se siente impotente y desamparada en medio de un ambiente perverso y de injusticias.