El medio ambiente sufre cada vez que usas internet

0
39

Enviar un email, ver una película por streaming, comprar on line o hacer una videollamada se han convertido en acciones cotidianas en la pandemia. Pero cada una supone un impacto ambiental no solo en forma de emisiones de CO2, sino también en gasto de agua y tierra. La mayor huella recae en la transmisión de datos.

Hazte unas sencillas preguntas: ¿cuántos emails enviaste el año pasado? ¿Cuántas películas o series viste en Netflix, Filmin o HBO? Mejor aún, ¿cuántas videollamadas hiciste mientras teletrabajabas o en tu tiempo libre? Quizá no lo recuerdes, pero tu respuesta refleja cuánto contaminaste. Sí, sin salir de casa.

El mantenimiento energético de estos sistemas implica un consumo de agua, tierra y dióxido de carbono que hasta ahora ha sido subestimado. “Estas infraestructuras requieren electricidad para funcionar, lo que contribuye al cambio climático. Un país que depende en gran medida de los combustibles fósiles tendrá una mayor huella de carbono”, de acuerdo a Renée Obringer, investigadora posdoctoral en National Socio-Environmental Synthesis Center (SESYNC) en EE UU.

Hace ocho años la industria de internet producía unos 830 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año, el equivalente al 2 % de las emisiones globales de CO2, la misma proporción que toda la industria de la aviación, según un estudio publicado en 2013. Las proyecciones estimaban que esta cifra se duplicaría para 2020, y así ha sido. Las emisiones globales de dióxido de carbono producidas por internet ya habían alcanzado el 3,7 % del total, antes del inicio de la crisis de la covid-19 en marzo del 2020.

Aunque el confinamiento supuso una caída récord en las emisiones globales de carbono ese año, el teletrabajo y el aumento del entretenimiento en el hogar han seguido representando un impacto ambiental significativo.

“Internet es como cualquier otra industria. Ya hemos visto qué ha pasado con otras cuando empiezan a crecer a niveles desorbitados y gastan más recursos, es imposible hacerlas sostenibles”, comenta a SINC Joana Moll, artista, investigadora y creadora de CO2GLE, un proyecto en tiempo real basado en la red que muestra la cantidad de CO2 emitida cada segundo gracias a las visitas globales a Google.com.

Pero además de las emisiones de CO2, la forma en la que se almacenan y transfieren los datos de internet también genera un gasto de agua y tierra por la energía eléctrica que necesita. Así lo constata por primera vez un trabajo publicado en la revista Resources, Conservation and Recycling.

Teletrabajo, streaming, videollamadas, compras on line, juegos, búsquedas en internet y envío de emails generan un impacto ambiental creciente a través del tráfico de datos. Hasta el año 2003, se habían generado 5.000 millones de gigabytes de contenido digital, una cantidad que en 2015 se consumía cada dos días, decía un informe de Greenpeace.

Solo una hora de videoconferencia emite entre 150 y 1.000 gramos de CO2, consume entre 2 y 12 litros de agua y requiere un área del tamaño de un iPad Mini

Durante el primer año de la pandemia

En 2020 el tráfico debido al streaming ocupó más del 80 % del total, según un informe de Cisco. Cada segundo, casi un millón de minutos de contenido de vídeo había viajado por la red ese año. Así, un televisor HD con acceso a internet que emite de dos a tres horas de contenido al día generaría de media tanto tráfico como un día en un hogar entero.

¿Es posible minimizar nuestro impacto? Según la científica Renée Obringer, si se dejara la cámara apagada durante una llamada on line se podría reducir estas huellas en un 96 %. La transmisión de contenido en definición estándar en lugar de alta definición también podría reducir el impacto en un 86 %, estima el equipo.

Fuente SINC

Deja un comentario